Llevo 7 horas de las 10 que dura mi segundo vuelo. El cuerpo y mi reloj, que sigue con la hora de Panamá (1 de la madrugada) me dicen que me duerma, pero lo cierto es que estoy al otro lado del mundo y la ventana del avión muestra que ya amaneció. Gana mi mente y me pongo a trabajar en mi post.
Llegué a Panamá con 16 años. Era una indocumentada cualquiera que ni siquiera había terminado la secundaria. Bajo esas circunstancias ni siquiera yo habría apostado por mí.
Conseguí trabajo de aseadora en una Perfumería. Limpiar era pesado, la
gente no siempre te trata bien cuando estás en trabajos humildes. De aseadora pasé a ser vendedora de perfumes, ganando $150 mensuales.
No me interesaba estudiar, pero gracias a Dios, siempre hay alguien en nuestro camino que nos muestra lo que no somos capaces de ver por nosotras mismas. Una tía me matriculó y terminé secundaria en la Nocturna Oficial de Colón. Luego fui a la Universidad y me gradué de Abogada, con el primer puesto de mi clase.
En estos 34 años mi vida se fue encaminando casi sin darme cuenta, hasta llegar al momento en que me dijeron, – Recuerde que su destino final para hoy es París. Ahí entendí que a mi ángel de la guarda le debió gustar mucho Panamá, porque allí me trajo.
Me dejó quedar en un País que me ha regalado oportunidades que ni yo misma creí merecer.
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Para recuperar tu autoestima, lee los libros que he escrito, porque en ellos te enseño todo lo que puedes hacer para valorarte, creer en ti misma y aprender a tomar decisiones.
Un abrazo y gracias por leerme.
Con todo cariño,
Tatiana