El problema de tener una vida como la de Juana I de Castilla, mejor conocida como “Juana la loca” es que nada es como parece.
Hija de los Reyes Católicos de España, casada con el amor de su vida, madre de 6 hijos. Cautiva 46 años en el Palacio de Tordesillas.
En mi afán de querer que las cosas durarán, he cometido errores al no querer rendirme, perpetuando lo más que pueda mis propias equivocaciones.
Antes pensaba que si no tenía una excusa válida (para los demás) no podía tomar una decisión.
Esa postergación me llevó a darme cuenta que jamás encontraría excusas que sustentarán mis decisiones.
Entendí que no las encontraría, porque no las necesitaba. Era una mujer libre, que vivía más cautiva que Juana la loca, porque mis ataduras eran mentales, yo misma las había creado.
Rendirse, no tiene nada de malo, cuando te das cuenta que “ya fue suficiente.”