Si la KGB ya no existe, y nosotras no somos espías, tenemos que estar seguras de que nadie tiene un plan secreto para destruirnos.
Azucena muere por necia. Anacreonte, su ángel de la guarda en el libro “La ley del amor” de Laura Esquivel , ya le había dicho que debía proclamar con seguridad lo que quería para que se cumpliera, que lo que sale de nuestro corazón vuelve a nosotras y aumentado. Al final, Azucena recibe otra oportunidad y revive.
Terminé el libro asustada. Reflexionaba sobre los planes que tenía. Hasta ese momento no se los había dicho a nadie, eran secretos. Lo mejor era que me los guardara, no fuera que alguien me los quitara.
¿Me preguntaba, -Que pasaría con mis planes si Anacreonte tenía razón? Por si las dudas, empecé a proclamar con mucha alegría lo que me gustaría: -Pasar Navidad en Alemania tomando Gluhwein o vino caliente mientras visito sus mercaditos. Y -Tener una columna en un Periódico de la localidad.
La ley del amor me hizo entender que el amor es el sentimiento mas fuerte que tenemos dentro de nosotras mismas y el motor que nos mantiene alegres y soñando.
Escribo este post, con fe que se va a cumplir lo que quiero, porque la gente que esta en nuestras vidas crea una sinergia maravillosa que nos ayuda mágicamente a llegar donde queremos, por eso nuestro plan no puede ser secreto, necesitamos que nuestro corazón lo grite y fuerte…
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