Me dormí creyendo que si. Me levanté dudando.
En “El violinista de Mauthousen”, una historia de amor preciosa de uno de mis escritores favoritos, no sólo por talentoso, sino por guapo, Andrés Pérez Domínguez, Ana siempre amo a Rubén, pero termina necesitando a Franz hasta para respirar.
Concluí que el amor existe, solo que se transforma diluyéndose en cariño.
Aprendemos a vivir así. Nos volvemos expertas renegociando sentimientos y acostumbrándonos a dormir los sentidos.
El problema es cuando se despiertan, y llega una mañana en que amanecen con hambre, transformándose en una bestia a la que tememos por desconocida y porque de tanto adormecimiento emerge un animal que se nos vuelve incontrolable.
El inconveniente con esos monstruos es que nosotras no los manejamos igual que los hombres.
Ellos son fuertes y han aprendido a lidiar con esas bestias, pero nosotras no. A nosotras terminan arrastrándonos a su merced, y corremos el riesgo que si no encontramos un asidero fuerte que nos sostenga, nos hundimos, tirando por la borda más cosas de las que queríamos.
Esas tempestades tan apasionadas y desorganizadas no dan tiempo a un plan que nos permita pensar realmente que queremos, y sin plan, ni el mejor escapista sobrevive 📝
🙋🏻♀️ Si realmente quieres saber paso a paso, ¿Cómo creer en ti misma, deshacerte del pasado y ser capaz de tomar decisiones?
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Sí, Quiero ser parte de Mujer sin Equipaje!!!
Gracias por CREER en ti y CONFIAR en mí.
Bendiciones,
Con enorme cariño, Tatiana
Escritora y Coach femenina
Te ayudo a Olvidar al Incorrecto y Atraer al Indicado.
