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Si te vas es inevitable que quiera irme contigo, te convertiste en la mañana, el atardecer y hasta anochecer de mi día a día, aquel día que quiero que llegue y nunca termine, aquella comida favorita que degusto en cada mordida que me hace sentir más vivo que nunca. Eres todo eso, pero si te vas por cualquier razón, te agradeceré por ser quien eres, por hacer que cada uno de mis rasgos fueran especiales a tu vista.
Si te vas, me dolerá tu partida y lloraré tu ausencia que estoy seguro será más latente en cada foto que me tome, en cada paisaje que pueda ver, en cada una de las frases que te dije y que quise te dejaran marcada para siempre. Ahí es que te sentiré más, ahí es que odiaré a la vida misma por llevarte a algún lado que yo no puedo o no debo ir.
Si te vas y te veo caminando, seguramente mi corazón se derrumbará, no te preocupes, es normal, así es la vida; se me pasará en cualquier momento y es que me quedaré con el consuelo de volverte a ver, de verte feliz, de verte contemplar el mundo sin mí y que a pesar de eso, puedas continuar porque si te vas, difícilmente yo lo haga y si lo hago, siempre será pensando en que soy mejor persona gracias a ti.
Si te vas, no te vayas sin decir adiós, asegúrame aunque tenga al destino en contra, que todos los días te despedirás de mí sin si quiera saber si mañana te volveré a ver. Sé que no querrás irte, tal vez el que se vaya soy yo, no lo sabemos y espero jamás saber quién de los dos se va primero. Si me voy antes que tú, me despido, no es un adiós eterno, es un “Te volveré a ver, tarde o temprano, en esta vida o cien más, te volveré a ver porque las almas que están destinadas a encontrarse, jamás tienen un final y su inicio es muy confuso.”
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