Que quede claro que no soy exagerada ni trascendental.
No sé en sus Países como ha sido el manejo del virus.
Ayer fui a la ciudad, necesitaba un tablero de tiza. Forme varias filas, no para “entrar” a las tiendas, sino apenas para pedir tras una ventanilla.
Necesariamente el estar en fila, hacía que repasará detenidamente los alrededores.
Alrededores en los que varios establecimientos hacía mucho, habían empacado y ya habían marchado.
Pasaron las horas sin que consiguiera el tablero de tiza, y entendí “mis señales”.
No había ido a buscar “un tablero”, había ido a buscar “un propósito”.
Un propósito que me hiciera entender de una vez por todas que “el mundo”, mi mundo y nuestro mundo, cambió. Y cambió tanto que es imposible no entenderlo.
Me di cuenta qué lo establecido aquí se fue, y que seguir aferrándonos a que vuelva, ya no es seguir.
Ayer entendí que cada una de nosotras hoy podría hacer literalmente lo que se le diera la gana y necesariamente saldría adelante.
Tan sencillo porque de lo conocido queda muy poco, y al quedar tan poco, no vale la pena seguir haciendo las cosas que detestamos.
El mundo quiere que nos “presentemos”. Que le digamos algo así como, – yo soy “Mengana”, toda la vida quise ser tal o cual y hoy inicio. -Con mil miedos, pero inició.
Entendí que el Mundo jamás en la historia ha estado tan listo para aplaudir nuestros sueños y nuestro “hacer”, como ahora. Está listo para ponerse de pie y felicitarnos.
Quiere felicitarnos por “atrevidas” por “lanzadas” y por soñadoras. Diciéndonos muy bajito al oído, no va a ser fácil, pero jamás será imposible.
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Bendiciones y gracias por leerme.
Con enorme cariño,
Tatiana @mujersinequipaje [email protected]