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El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, recibió la Sagrada Comunión en una misa solemne presidida por el arzobispo de Montreal, Christian Lépine.

En el medio católico, a Justin Trudeau se le considera un líder proabortista. Tú ¿Qué opinas?

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Este fué el artículo de InfoVaticana:

El pasado 17 de mayo tuvo lugar en la Basílica Notre-Dame una misa solemne presidida por el arzobispo de Montreal, Mons. Christian Lépine, con motivo de la celebración del 375º aniversario de la fundación de la ciudad.

En la celebración de la Eucaristía estuvo presente el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, que recibió la Sagrada Comunión como queda reflejado en las fotografías publicadas por la diócesis de Montreal. 

Hace tan sólo dos meses, la Conferencia Canadiense de Obispos Católicos publicó una carta abierta al primer ministro en la que se criticaba su decisión de destinar 650 millones de dólares a la “salud y derechos sexuales y reproductivos”, incluyendo la eliminación de las “barreras judiciales y legales” para el cumplimiento de los mencionados “derechos”. Citando al diario Globe and Mail, los obispos canadienses señalaban en su carta que esto incluía “las leyes contra el aborto en muchos países.”

“Su política y visión, contrarias a la ética fundamental de la protección de los más vulnerables y la asistencia a los más débiles, están en conflicto con los principios constantemente defendidos por la Iglesia Católica: defender y proteger la vida humana desde la concepción hasta la muerte natural”, se denunciaba en el documento firmado por el presidente de la Conferencia Episcopal Canadiense, Douglas Crosby.

Según informa el portal estadounidense LifeSiteNewsTrudeau ha promovido de manera persistente y sin complejos el aborto lo largo de su carrera política”. El último ejemplo ha sido su decisión de destinar 650 millones para promover el aborto como parte de la ayuda de Canadá a los países en desarrollo. Trudeau también impulsó un proyecto de ley para legalizar el llamado “suicidio asistido” en el país.

En declaraciones a LifeSiteNews, el arzobispo Christian Lépine afirmó que dar a Trudeau la Sagrada Comunión había sido un “gesto de esperanza” y destacó la necesidad de distinguir “entre el ser humano y lo que la persona hace, dice o piensa” y centrarse “en quién es la persona, un ser humano llamado por Cristo, llamado a la verdadera libertad”.

“Creo que una de las dificultades es que vivimos en una dialéctica de oposición, grupos de presión contra grupos de presión, maneras de pensar contra maneras de pensar, pero detrás de eso está que todos somos seres humanos, así que estoy tratando de llegar a ese nivel”, señaló el arzobispo de Montreal en conversación telefónica con LifeSiteNews.

Preguntado sobre cómo respondería a los que ven este acto como un sacrilegio, Lépine apuntó de nuevo a la distinción entre “la persona y los actos de la persona y lo que dice la persona”.

El Código de Derecho Canónico establece que “no deben ser admitidos a la sagrada comunión los excomulgados y los que están en entredicho después de la imposición o declaración de la pena, y los que obstinadamente persistan en un manifiesto pecado grave”.

El Cardenal Joseph Ratzinger, en una carta dirigida a los obispos de Estados Unidos publicada por EWTN, señalaba que la comunión no sólo puede sino que debe ser negada a los políticos que sistemáticamente hagan campaña a favor del aborto o la eutanasia:

“Respecto del grave pecado del aborto o la eutanasia, cuando la cooperación formal de una persona es manifiesta (entendida, en el caso de un político católico, como hacer campaña y votar sistemáticamente por leyes permisivas de aborto y eutanasia), su párroco debería reunirse con él, instruirlo respecto de las enseñanzas de la Iglesia, informándole que no debe presentarse a la Sagrada Comunión hasta que lleve a término la situación objetiva de pecado, y advirtiéndole que de otra manera se le negará la Eucaristía”.

Ratzinger añadía que cuando estas medidas preventivas no han tenido su efecto o cuando no han sido posibles, y la persona en cuestión, con obstinada persistencia, aún se presenta para recibir la Sagrada Comunión, el ministro de la Sagrada Comunión debe rechazar distribuirla.

Fuente: Vaticano

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