La empresa infló los precios del mercado para ofrecer un teórico mayor ahorro.
La filial canadiense del gigante de la venta por internet Amazon fue condenada a pagar 1,1 millones de dólares canadienses (840.000 dólares estadounidenses) por sus políticas de precios consideradas tramposas, anunció el miércoles el gobierno. El ente canadiense regulador de la competencia, tras una investigación de varios meses entre 2014 y 2015, determinó que la empresa “se apoyó en los precios sugeridos por sus proveedores sin verificar la exactitud” para poner en venta sus productos, con el objetivo de fijar un precio final a priori ventajoso para el consumidor. Esta práctica, prohibida en Canadá, permite a un vendedor establecer un precio de origen artificialmente inflado además de proponer una importante reducción sobre el artículo con el propósito de atraer a los consumidores, mientras que los “precios reducidos” son en realidad cercanos a los precios del mercado.
“Las indicaciones de ahorros no corroborados no serán toleradas”, insistió la Oficina canadiense de la Competencia en un comunicado. Según el gobierno, el precio original de los artículos vendidos en línea no debe ser inflado para hacer creer a los consumidores que están ahorrando, y “cualquier comparación entre un precio habitual y un precio de venta debe ser verídico”.