Detrás de la visita histórica de Barack Obama a Cuba están 18 meses de negociaciones secretas que se mantuvieron en Canadá, un país que jugó un rol clave en el acercamiento entre funcionarios de ambos países.
Durante año y medio Canadá albergó las mesas de negociación entre funcionarios de alto nivel de los gobiernos de Cuba y Estados Unidos, que culminaron en diciembre de 2014 con el anuncio del restablecimiento de relaciones diplomáticas.
Entre junio de 2013 y diciembre de 2014 se realizaron seis encuentros entre oficiales cubanos y estadunidenses en la capital canadiense, Ottawa, y uno en Toronto, según detallaron fuentes canadienses.
A pesar del bloqueo comercial estadunidense contra la isla, Canadá nunca rompió su relación con La Habana, con la que sostiene relaciones diplomáticas desde 1945.
Ottawa mantuvo una buena relación diplomática con ambos gobiernos y exhortó a las diferentes administraciones estadunidenses a reconsiderar el embargo contra la isla, incluso se sabe que diplomáticos canadienses en La Habana transmitían mensajes entre ambos gobiernos.
El ex primer ministro, Pierre Elliott Trudeau, era buen amigo de Fidel Castro, y visitó la isla en 1976. Fidel vino a Ottawa a los funerales del estadista liberal que gobernó Canadá 15 años entre los 70 y 80.
Aun el ex primer ministro conservador, Stephen Harper, quien se definió abiertamente anticomunista, estaba a favor de terminar con el embargo económico a Cuba.
Según informaron en su momento funcionarios de la oficina del entonces primer ministro, Harper, fue el gobierno de Obama el que se aproximó primero al gobierno canadiense para solicitar que los diálogos con su contraparte cubana se dieran en este país.
La delegación estadunidense estuvo encabezada por el vice asesor de seguridad nacional, Ben Rhodes, y el especialista para asuntos de América Latina, Richard Zúñiga, quienes dialogaron con funcionarios cubanos sobre el intercambio de presos políticos y el restablecimiento de las relaciones diplomáticas después de más de medio siglo.
Canadá ayudó a “facilitar” las reuniones entre funcionarios de alto nivel de Estados Unidos y Cuba, “pero no jugó ningún rol ni medió las discusiones entre ellos”, aclararon en diciembre de 2014 oficiales canadienses.
“Nuestro país les ofreció la seguridad y discreción requerida para permitir el desarrollo de estas importantes y muy sensitivas negociaciones”, expresó Harper el 17 de diciembre de ese año, cuando Cuba y Estados Unidos anunciaron el reinicio de sus relaciones diplomáticas.
Fue un pequeño grupo de funcionarios canadienses el que mantuvo diálogos con funcionarios de la Casa Blanca, “en lugar de oficiales del Departamento de Estado”, según detalló un oficial canadiense a medios locales.
El ex embajador canadiense en La Habana, Keith Christie, comentó en su momento que el rol de Canadá como país sede de estas históricas conversaciones formó parte de la política que siempre mantuvo Ottawa en favor del restablecimiento de relaciones entre Estados Unidos y Cuba.
Fuente: 20 minutos