En el “El país de la nube blanca” de Sarah Lark. Lizzie es una pérdida que ama a quien no la ama.
En “Tú no matarás” de Julia Navarro. Catalina es decente y tiene a su lado el hombre perfecto.
Ambas novelas rompieron con los paradigmas que tenia sobre mí misma, en la que llevaba una especie de estadística sobre mis logros y fracasos.
La vida de Lizzie que estaba torcida, cambia desde el inicio. No se detuvo a pensar en lo que pudo ser y no fue. Mientras que Catalina, amada y admirada, se petrifica desde la página 1 hasta la 992.
Tener más de 40 y no tener antecedentes es imposible.
Que si 6 novios, 0 esposos, 1 matrimonio, 1 divorcio, 2 amantes, 2 divorcios, 1 abandono, etc.
Mis cifras en algunos aspectos eran altas para mi gusto, y como lo mío no son los números, bote a la basura mis estadísticas y arranqué de nuevo.
Los antecedentes que tengamos hoy, son el pasado, un pasado que se compuso de decisiones que tomamos bajo determinadas circunstancias que ya pasaron, no son ni serán las mismas. Entendamos que a menos que seamos delincuentes, nuestros antecedentes en esta etapa de la vida no importan.
Creer que nos definen cómo la mujer que somos y seremos, seria usar la lógica, y nosotras no tenemos fama de lógicas gracias a Dios; porque la lógica nos llevaría de la A, a la, B. Mientras que con la imaginación vamos de la A, a todas partes.

