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“Finalmente te encontré” era lo que pensaba mientras ella se acomodaba para dormir, tomaba mi mano, ponía su cabeza en mi hombro y preguntaba: “¿Soy lo mejor qué tienes?” La pregunta sensibilizó mi corazón, levanté la mirada para evitar sacar una lágrima, no quería que ella me viera llorar.

Se deben de preguntar ¿Cómo es qué te diste cuenta que era la indicada? ¿Cuál es su historia? Debo comenzar por el medio de la historia, empezar por el principio no es mi estilo y los confundiría más.

Estaba en una biblioteca, quería un espacio tranquilo para poder leer, había tenido una visita al médico y sentí la necesidad de investigar. Tomé unos libros y me senté al fondo del establecimiento, entre un par de computadoras viejas y una sección de libros de santería, encontré el lugar perfecto para poder meditar y leer.

El lugar es muy bonito, no tanto como la chica que quedaba a mi derecha, una chica muy tierna, usaba unos lentes bastante grandes, un vestido que llegaba a las rodillas pero su forma de cruzar la pierna fue algo que me atrajo, su cabello chino agarrado hacía que pareciera una persona que no se preocupa por su aspecto, en otra instancia y en otro lugar, jamás me hubiera fijado en ella pero seamos realista, estaba en una biblioteca, no había mucho de donde escoger, a menos que buscaras un libro, ahí sí, hay muchísimos.

No quiero mentir pero parecía un “Ratón de biblioteca” leía y escribía con una rapidez que me dejó perplejo, su computadora estaba a punto de estallar pero a ella le preocupaba más lo que estaba haciendo.

Me acerqué a ella y les ahorraré lo que hablamos, me terminó “Bateando” bastaron unos simples tecnicismos para que yo me diera la vuelta y buscara un diccionario, quería googlearlo pero sería muy descarado así que tomé un diccionario y tardé doce minutos para saber que me había mandado al demonio de una manera muy educada y sofisticada.

Al días siguiente, fui a un café, era algo nuevo porque tenía una temática diferente, algo bastante inusual, había llegado a un lugar que se llamaba: “La esquinita tecnológica” entre las mesas había calculadoras y video juegos que podías tomar para divertirte o hacer alguna tarea.

Acompañé a un amigo al lugar, debía encontrarse con alguien para hacer una tarea y digamos que no es el tipo más brillante con las chicas, me pidió consejo para que tuviera éxito con su compañera pero le tenía poca fe así que decidí acompañarlo.

Todo resultó bien para él, yo quería arrancarme el cabello del aburrimiento, le pedí a una mesera que me mantuviera despierto con café y un poco de whisky y entre par de cafés, llegaron unos ojos bellísimos que estaban en una prisión de anteojos, un vestido largo entró por la puerta y se sentó. Era ella, la misma chica de biblioteca estaba sentada disfrutando de un libro de trigonometría.

Me volví a acercar y más que pedirle que saliera conmigo o que nos conociéramos, parecía que se lo ordené pero de cierta manera funcionó, no tengo ni idea pero sirvió, al salir del lugar tenía una cita con ella aunque creo que salí perdiendo porque esa cita era en el mismo lugar, a la misma hora pero en día diferente.

El proceso previo a la cita fue dinámico, estudié de varios temas para parecer más inteligente, analicé cada posibilidad que me sentía un matemático que realizaba alguna fórmula para encontrar el resultado perfecto.

La busqué entre varias mesas y finalmente la encontré, platicamos y la cita fue muy buena, conocí a una mujer más inteligente que yo, aprendí de ella en dos horas lo que no pude hacer en tres años con una maestra de preparatoria pública.

El tiempo avanzó y entre la chica y yo todo iba bien, me puse a leer más y hasta me obligó a buscar ejemplares de universidades para poder meterme a estudiar, al principio lo veía mal pero al final decidí meterme a estudiar.

Hubo un día que todo cambió, puedo asegurar que hay un antes y un después de ese día, volví a una cita médica y al terminar con ello, salí del hospital, me dirigí a ver a mi chica para pedirle que fuera mi novia.

Dijo ¡Sí! Seguido de un “Finalmente te encontré” que salió de mi parte y pensarán “Es una historia muy trillada” bueno, ahora si debo hablar del principio, finalmente la encontré porque jamás había estado con una chica como ella, no me había interesado por nadie, no tuve novia, no me animaba a dar ese paso por el temor al compromiso, quería vivir en libertad sin darme cuenta que la libertad se me había privado desde hace mucho tiempo.

Ahora si regreso a ese momento mágico cuando ella se estaba quedando dormida, entre bostezos escuché un: “¿Soy lo mejor que tienes?” levanté la mirada para evitar llorar, saco mi mano y limpio la humedad de mis ojos.

-“No eres lo mejor que tengo, eres lo mejor que tuve… Finalmente te encontré.”

La realidad de esta historia es que estoy enfermo, la vez que la conocí me detectaron un tumor que estaba acabando lentamente conmigo, el día que salí con ella me informaron que había cura y que lo mejor era continuar con mi vida normal, cuando me decidí proponerle un noviazgo fue cuando me dijeron que no mejoré, no se podía hacer más, la enfermedad me había acabado, perdí una guerra que sentía ganada y que nunca peleé.

Por desgracia, mi enfermedad me enseñó algo horrible de la realidad, el compromiso llegó muy tarde y finalmente cuando la había encontrado, todo se había derrumbado.

“Tenemos tres cosas garantizadas en este mundo, la muerte, el amor y el tiempo, cada quien sabe como los usa.”

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