Quisiera regresar el tiempo, situarme en aquel último abrazo, volver a dar ese frío beso remoto que hoy me hace lamentarme de no darte mil más, que me hace sentir culpable por no cumplir todas las promesas que en algún momento te hice con tanto amor y que hoy nos sitúa como dos desconocidos en vez de ser un par de amantes enamorados del amor, de la vida, de nuestro sentir.
Si tuviera un único deseo, sería retroceder el calendario, pararme en frente de ti y secarte las lágrimas que tanto odié sacarte y que con el pasar de los días, parecía que era mi deporte favorito. Déjame confesar que no era así, odiaba llenarme de las gotas que emergían de tu rostro, lo recuerdo y me da escalofríos.
No sé en qué momento todo cambió, las leyendas del amor eterno y las creencias del “amor de nuestra vida” quedaron al borde del precipicio, aquel lugar que encara a los valientes y a los cobardes. Gracias a ti, ya no creo en el “amor de mi vida” lo volviste un mito, una mentira.
Hoy maldigo al tiempo, te fuiste, avanzaste tan rápido que no me dejaste disfrutarte, disfrutarla. Es egoísta, el tiempo es egoísta por no permitirme gozar del momento, no hubo un llamado de atención, no me dio una reprimenda, se quedó en mi reloj burlándose de mí y de mi ignorancia así como la falta de tacto que tanto me caracteriza.
Mi orgullo podría irse, no lo hará, a pesar de que fue mi error, no se irá. Puedes llamarme cobarde, tal vez lo sea, quise moldearte a mi manera y no funcionó, las situaciones me arrebataron las ganas, los sueños y parte del amor que te di. Sigo aquí para afirmarte que el amor no se marcha, sigue en aquella puerta de tu casa, en aquella cama donde te hice por última vez el amor, sigue en ese beso que tenía sabor a melancolía, sigue en ese abrazo flácido que te di. Búscalo, quizá tú lo encuentres y recuerdes que el amor no se va.
Soy un tonto y a pesar de eso, acepto tu fugitiva huida, es lo mejor para los dos. No puedes estar con una persona que busca tu mejoramiento individual y termina descuidándose. Te quiero, pero me quiero más ¿Volveré? no venderé sueños imposibles, es muy probable que me mantenga a la distancia amándote, deseándote, soñándote y olvidándote.
“Ojalá pusiéramos el corazón cuando la mente se queda sin palabras.”