La sal de los coches es como una droga para los alces canadienses.
Los alces en Canadá han perdido el miedo a acercarse a los coches y ahora tienden a lamer la sal que se pega a los automoviles, lo que supone un peligro. Sal que se echa en las carreteras para derretir la nieve.
Las fotografías muestran una señal de tráfico en Canadá advirtiendo a los transeúntes que no dejen a los alces que laman sus autos.
Esto, rápidamente, se hizo viral en redes sociales, con muchos usuarios preguntándose si esas señales de tráfico eran reales y, de serlo, qué problema suponía que el animal chupara los automóviles.
En primer lugar, las fotos eran reales. La señal estaba colocada a lo largo de la carretera del lago Maligne en Jasper, Alberta, Canadá. Y aunque el cartel puede parecer un poco gracioso, aborda un problema más serio de los Parques Nacionales de Canadá.
Los alces, aparentemente, están algo obsesionados con la sal. En el invierno, cuando las carreteras se salan para evitar que se congelen, los alces han descubierto que la sal puede ser fácilmente accesible en los parachoques delanteros de los coches aparcados.
De acuerdo con las declaraciones del portavoz del parque, permitir que estos grandes animales laman la sal de un automóvil los acostumbraría a estar cerca de éstos, lo que representa un riesgo para ambos, pues podrían chocar contra ellos. Lo cual sería un problema grave, ya que al ser muy grandes atravesarían el parabrisas del auto.
Otra advertencia que dan las autoridades del Parque es la importancia de quedarse dentro del auto y evitar cualquier interacción con la vida silvestre, sobre todo los alces, ya que no son animales que huyan de los humanos, por el contrario, podrían atacar si se sienten amenazados.
Finalmente, Young comentó que se han visto muchos más alces que en otras temporadas debido a que la población de lobos ha disminuido. Añadió que las personas deben ser respetuosas y darles espacio, además de que está prohibido que los visitantes alimenten a la vida silvestre en los parques nacionales.