Parece mentira pero el año se terminó. Ya sólo quedan escasas horas para que el 2012 sea una fecha más para recordar.
Pero no podemos dejar ir al año viejo sin hacer una revisión de los acontecimientos que marcaron nuestra vida. Para muchos el 2012 será recordado como el año que emigraron a Canadá, para otros, el año que encontraron su primer trabajo, que compraron un apartamento o el primer vehículo. Hay para quienes será un año más en el proceso de integración y también el año en el que dijimos que dejaríamos lo más importante para el siguiente. ( O sea el que esta por comenzar).
De cualquier forma nos sentimos afortunados de sobrevivir al fin de la era del Tzolkin del calendario Maya, y darle la bienvenida a una nueva era de luz. También sobrevivimos a los 50 centímetros de nieve que cayeron en Montreal esta semana; el curso de francés y el semestre en la universidad. Sobrevivimos hacer las compras sin carro y vivir lejos de los seres queridos, entonces estamos listos para conquistar el 2013.
Por alguna razón empezar de cero nos da mucho optimismo. No importa que tan grandes sean los desafíos, el nuevo año nos baña de energía. Queremos ser positivos y dejar atrás los errores del pasado.
Y para comenzar desde el primer minuto, hay quienes gustan seguir una cábala o una tradición exactamente en punto de la medianoche del 31 de diciembre.
Algunas de estas tradiciones son sencillas, como vestirse de rojo para las solteras que se quieren casar, o vestir lencería amarilla para atraer el dinero. Otras un poquito más complicadas, como salir corriendo con una maleta para garantizar un nuevo año pleno de viajes.
El muñeco quemado que representa a la persona que nos dejó tristezas y amarguras es muy común en nuestro países latinos, pero aquí podemos hacer una lista en papel que incluya lo negativo y quemarla a las doce de la noche, si es que estamos muy atados a esta tradición.
La práctica más común es la de las 12 uvas, que se comen según las campanadas del reloj, durante los 60 segundos antes del nuevo año. Cada uva representa un mes y un anhelo por cumplir.
Al margen de estas tradiciones, hay objetivos muy similares que nos proponemos casi todos. Casi nunca falla el empezar una dieta (porque el frío nos hace comer mucho, y las vacaciones también). En la misma línea y que está en mi lista desde hace cinco años: hacer ejercicio.
Practicar deportes es muy fácil en esta ciudad y está al alcance de todos, porque si no podemos pagar un gimnasio, allí están los parques, muy seguros y amplios para salir a trotar y la excusa del frío es eso, una excusa.
Otra meta para el 2013 es domesticar a nuestro mejor amigo (Snoopy, un Beagle de 4 años, que nos acompaña en esta aventura) para que deje de comportarse como un perro incivilizado, y comprenda que aquí no tiene que ladrar para marcar territorio.
Comer saludable, aprender todos los días cinco palabras nuevas en francés, organizarnos mejor, matricularnos en un curso que nos permita mejorar nuestro CV, gastar menos, leer más, son otros propósitos que queremos cumplir en el nuevo año.
Y también para terminar el 2012, revisamos en nuestro interior para encontrar nuestros anhelos más preciados. Los que no necesitamos escribir en una lista: Que abunde la salud, que no nos falte el amor de nuestros seres queridos, que sigamos creciendo como seres humanos, que seamos el mejor ejemplo para nuestros hijos y que nuestros proyectos prosperen, cualquiera que estos sean.
Feliz y prospero año nuevo. Los esperamos en el 2013, para seguir compartiendo las historias cotidianas y también las excepcionales de nuestra comunidad latina.