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Es curioso como en la última partida nos quedamos con un recuerdo, siempre queda la espina de un buen o un mal recuerdo que nos hace pensar en dos situaciones. Si la memoria nos arroja algo no tan agradable, la idea de que es lo mejor se hace presente aunque duela, aunque quema en cada paso que das, mirar atrás es lo único que te hace continuar y pensar en eso malo o dañino, es lo que nos mantiene firme ante el presente. Sin embargo, si el recuerdo es muy grato, el dolor puede ser más fuerte, el pensar que lo mereces, pero no puedes mantenerte ahí, es lo que te termina intentando matar y te debes hacer a la misma idea “Es lo mejor” y solo te queda recordar con una sonrisa y un corazón roto.
Los recuerdos se crearon para hacernos entender que de eso no se puede vivir, es una conciencia tan sigilosa que solo necesita poner una canción, llevarte a un lugar en específico, mencionar un nombre determinado, etc. Los recuerdos son para hacerte ver que el presente es lo más hermoso que tienes, es una de las pocas cosas que no se pueden recuperar, es la vida misma porque si no vivimos en el presente, simplemente dejamos de vivir.
En la última partida deja que el corazón sienta, permite que las ideas se liberen así como el alma, entrega todo tu ser al momento y si vale la pena, también a la persona. Demuestra que el presente ahora llamado pasado, lo disfrutaste y aprendiste de él sin cesar, que hoy llamas a cada vivencia “lección” y que esperas recibir con brazos abiertos esa “última partida” y sé que duele o dolerá, pero es mejor sentir y saber que eres humano a dejar de sentir por engañar o por seguir complejos estúpidos que a la larga traerán baches emocionales.
Las últimas partidas duelen y mucho, pero son cada vez menos dolorosas si vivimos y disfrutamos del presente para que se conviertan en vivencias, en recuerdos que cuando parezca que el sol no quiere salir, alumbren tu mundo lo suficiente como para desear salir adelante entendiendo que la vida quita, pero también pone nuevos retos, nuevas personas y siempre da nuevas oportunidades a quienes la merecen y son dignos de tu cariño, comprensión, lealtad y respeto.
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