El despegue de la industria automotriz de México es inminente. Toyota ha anunciado este miércoles una inversión de 1.000 millones de dólares para la construcción de una planta ensambladora de automóviles en Celaya (Estado de Guanajuato, centro de México). La japonesa trasladará la producción de vehículos del modelo Corolla que actualmente se hace en Ontario (Canadá) al corredor automotriz del centro de México.
La nueva planta tendrá una capacidad para fabricar 200.000 vehículos, generará unos 2.000 empleos y abrirá sus puertas en 2019, según ha informado la compañía. Esta será la segunda armadora que la japonesa instala en México: en 2004 desembarcó en Baja California (norte de México) con una planta que produce su modelo de camionetas pick up Tacoma. “Un incremento de la producción no significa una búsqueda indisciplinada a por más”, ha explicado el presidente de la firma, Akio Toyoda, en un comunicado.
Con la inversión de Toyota, México ha consolidado su posición como el séptimo productor y cuarto exportador de automóviles del mundo. En 2014, el país consiguió producir 3,2 millones de vehículos, un 4% de la producción mundial de coches. Es el primer productor de América Latina, apenas en julio de 2014 rebasó los números de Brasil. El objetivo del Gobierno mexicano es que en 2020 la producción alcance los cinco millones de unidades y que México se ubique como el quinto fabricante de automóviles del mundo. “Vivimos una de las expansiones más importantes de la historia”, ha dicho el ministro de Economía, Ildefonso Guajardo, en el anuncio.
Apenas un día antes, la estadounidense Ford confirmó que invertirá unos 2.500 millones de dólares en México para expandir su planta en Chihuahua (norte de México) y fundar otra en Guanajuato. La ola de inversiones verá sus frutos en los próximos cuatro años cuando Audi, Mazda, Honda, Mercedes Benz y BMW inauguren las armadoras en las que cada una ha invertido unos 1.000 millones de dólares.
El corredor automotriz de Guanajuato ha cobrado relevancia en los últimos años por las facilidades que el Gobierno local da a las empresas que se instalan en la región. Además, los inversores buscan cubrir las necesidades del mercado de América del Norte y aprovechan la integración de México en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA, por sus siglas en inglés). El menor costo de la mano de obra y la capacidad de detalle de los trabajadores mexicanos también han inclinado la balanza a favor de la región.
El presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, ha asegurado que las firmas automotrices han detectado en México los beneficios para reducir sus costos e incrementar su producción.“Proyecta a México como un destino confiable para inversiones, parte de un análisis de que en nuestro país hay mano de obra calificada y un clima de paz laboral”, ha mencionado ante los directivos de la japonesa.
Fuente: El País