EL PASO, Texas, EE.UU.- Un ex agente cubano de inteligencia testificó en una corte federal que la dependencia de espionaje de su país tenía un departamento especial que buscaba asesinar a los enemigos del gobierno comunista.
Roberto Hernández del Llano dijo que el ex agente de la CIA Luis Posada Carriles, quien es juzgado en El Paso, Texas, figuraba entre los objetivos principales de ese aparato de espionaje.
Hernández del Llano fue espía para la seguridad del Estado cubano, pero dejó su cargo en 1992, al señalar que estaba desilusionado por la corrupción del gobierno.
El departamento especial cubano tenía también en la mira a los enemigos del entonces presidente Fidel Castro, dijo el ex espía cubano, quien tuvo cargo importante en la división de seguridad del Estado en el Ministerio del Interior.
El ex agente huyó a Miami en el 2007 y ha sido citado por la defensa de Posada Carriles, de 83 años, quien es un miliciano anticomunista, nacido en Cuba, y enfrenta 11 cargos de fraude migratorio, obstrucción de la justicia y perjurio.
Hernández del Llano dijo que una rama especial de la seguridad del Estado se enfoca en los exiliados cubanos que se oponen al gobierno de la isla, y tenía la misión de “liquidar” a Posada Carriles, quien en Cuba aparece en carteles como enemigo del país.
La seguridad de estado en Cuba mantiene en observación a la población de la isla para evitar actividades subversivas. Pero Hernández del Llano dijo en su testimonio que esa entidad tiene también la “misión primordial de combatir contra Estados Unidos” y le sigue el rastro a funcionarios del Departamento de Estado, el FBI y la CIA, así como a miembros del Congreso, la prensa y estudiantes universitarios.
“Hay un departamento especial dentro de la inteligencia cubana”, afirmó, “que está encargado de encontrar y eliminar a los enemigos del gobierno, en particular a los de Fidel Castro”.
Hernández del Llano mencionó igualmente otra sección de ese organismo, la división del exilio en migración, que se ocupa de los exiliados de Cuba en Estados Unidos, y dijo que su “función fundamental es buscar, localizar y liquidar a Posada Carriles”.
El testigo de la defensa también intentó desacreditar al teniente coronel Roberto Hernández Caballero, un investigador y funcionario de la seguridad del estado en Cuba que voló de La Habana a El Paso en febrero para testificar por el gobierno estadounidense. Indagó los atentados explosivos de 1997 en Cuba, que Posada Carriles se atribuyó en un principio aunque luego se retractó. Los estallidos causaron la muerte de un turista italiano y dejaron una decena de lesionados.
El ex espía afirmó que Hernández Caballero ordenó en el 2005 que lo detuvieran durante 75 días en un calabozo subterráneo en La Habana, y que fue golpeado por ese funcionario y otros interrogadores.
Hernández Caballero no pudo testificar de nuevo para responder a los señalamientos.