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Nada, si hoy muriera no haría nada y es que es tan triste que las personas se hagan esa pregunta para medir lo que han hecho de su vida, desean saber si realmente han sabido vivir. Hay respuestas muy patéticas, muchos quieren estar consigo mismo, tratan de utilizar ese último día para conocerse o terminar de entenderse. Otro sector afirma que les gustaría pasar el resto del día con su familia, amigos o seres queridos, tal vez quieren decirles todas las cosas que no pudieron decir y desean aprovechar sus últimos momentos para hacerlo.
Es triste ver a esas personas porque al final se dan cuenta que no vivieron, ponen sus esperanzas en el último día cuando la pregunta que nos deberíamos de hacer todos los días al despertar es: ¿Cómo estoy viviendo? No se trata de morir, eso todos lo haremos, es el primer pacto que firmamos al nacer y la muerte es inevitable, nadie puede librarse de ella. La vida consiste en el amanecer de cada fecha, en como vives. Qué pena aquellas personas que no viven a plenitud y que en muerte se lamentan no haber vivido.
Lo único seguro es el presente, en ocasiones se llega a confundir, creemos que vivimos en el ahora cuando en realidad arrastramos el pasado y seguimos gozando de sus consecuencias. No hay fórmula para el vivir, hay lecciones que te van enseñando como puedes mejorar, entender, analizar, observar, etc. Esas lecciones se llaman “Días” y forman capítulos que puedes interpretar como “Estaciones del año” “Meses” “Años” y a su vez, esos capítulos son de un tema, el más importante, se titula “Vida”.
La mejor rutina es verse al espejo, hablar con el reflejo y preguntarle ¿Cómo prefieres vivir hoy? ¿Cómo te sientes? Las respuestas pueden ser cambiantes, si lo son está bien, está perfecto, empezarás a conocerte o conocerte mejor y ahí la vida misma tendrá sentido. Llegará el día que le des permiso a la muerte de que llegue por ti, ya no habrá miedo, no habrá deudas emocionales ni reproches que hacer, al contrario, tendrás los brazos abiertos esperando por ser abrazado. La sabiduría entrará por ti, la bendición igual, la paz y serenidad se apoderarán de ti y es que todo eso es la muerte.
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