Durante cinco años, los familiares de Anton Pilipa se pasaron buscándolo por todos los hospitales de Canadá.
El hombre de 39 años había desaparecido de Toronto en 2012 cuando fue a comprar a la tienda. Su hermano recibió una llamada la semana pasada. Era la Policía de Brasil indicándole que tenían a su familiar.
Stefan Pilipa viajó a Manaos para reencontrase con Anton. Una vez que lo tuvo al frente lo abrazó y escuchó la historia de la Policía. Su hermano no pudo contarle casi nada porque padece de una enfermedad mental.
A 10 MIL KILÓMETROS DEL HOGAR
“Sabía que no pertenecía a ese camino. Anton es diferente a nosotros los brasileños. Pensé: si es canadiense, seguro puedo encontrar a su familia”, dijo la agente, quien logró ubicar a sus familiares.
El hombre de 39 años fue internado en un hospital a la espera de recuperarse y ser recogido por sus familiares. Pero volvió a escapar. Esta vez para adentrarse en la jungla.
“Ese es un área en donde sabemos que hay grandes predadores, como cocodrilos y jaguares. Estuvimos muy preocupados de que pudiera ser comido por alguno de estos animales”, indicó Vidigal.
Nuevamente lo hallaron y volvieron a hospitalizarlo. Su hermano ya estaba en camino para llevárselo de regreso a su país.
¿CÓMO LLEGÓ A BRASIL?
Stefan Pilipa cree que Anton sólo comenzó a caminar y a hacer auto-stop hasta llegar a este lugar: no contaba con dinero en efectivo ni con tarjetas de crédito que pudieran ayudarlo a abordar un avión. Incluso es probable que tampoco tuviera zapatos y que haya caminado descalzo gran parte de los cinco años. El lunes pasado la familia finalmente logró reunirse en Toronto, luego de que todos lo dieran por muerto.
El lunes, cuando regresó a Canadá, Anton fue apresado porque tenía vigente un juicio por asalto a mano armada ocurrido en enero de 2012, meses antes de que desapareciera. Su familia pagó la fianza y asegura que demostrará que él ya tenía problemas mentales cuando ocurrió ese incidente.