La provincia de Quebec ordenó el cierre de todos los negocios no esenciales hasta el 13 de abril.
“De manera eficaz, Quebec estará en pausa por las siguientes tres semanas”, afirmó el primer ministro de Quebec, Francois Legault.
Horas antes, el primer ministro canadiense Justin Trudeau dijo que las imágenes de gente aglomerada en grandes grupos disfrutando de un día soleado eran “sumamente inquietantes” y añadió que “ya es suficiente. Vayan a casa y quédense en casa”.
Trudeau manifestó que quedarse en casa es un deber, y que las autoridades obligarán a la gente a hacerlo, de ser necesario. Aquellos que no están haciendo su parte, advirtió, ponen en riesgo a los demás, no sólo por razones de salud de millones de canadienses sino también con miras a una eventual recuperación económica.
El mandatario también respaldó la decisión del Comité Olímpico Canadiense de no enviar atletas a los Juegos Olímpicos de Tokio, a menos de que se pospongan por un año.
También informó que su gobierno había conseguido las autorizaciones necesarias para repatriar a ciudadanos que se encuentran en Perú, Marruecos, España, Honduras, El Salvador y Guatemala.
Trudeau hizo las declaraciones afuera de su residencia, donde se encuentra en cuarentena autoimpuesta luego que su esposa dio positivo al virus.
El primer ministro se ha resistido a la idea de implementar el equivalente federal, la Ley de Emergencias, diciendo que, dado que requiere retirar el poder de las provincias, primero debe haber una discusión con ellas.
Hasta el lunes, Canadá había reportado por lo menos 2.035 casos confirmados y más de 20 muertes.
La mayoría de los infectados de coronavirus sufren síntomas de leves a moderados, como fiebre y tos, y se recuperan en cuestión de semanas, pero el virus es altamente contagioso y puede propagarse a través de personas que no presentan síntomas. Además, puede derivar en enfermedades graves, como neumonía, especialmente en adultos mayores o pacientes con enfermedades previas. La gran mayoría se recupera.
