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Estuve recapacitando, tantas memorias llegaron a mí, te sentí y hasta por momentos te saboreé, hablar de ti me pone la piel de gallina, recordarte me llena de nostalgia pero me saca una sonrisa.

Tus colores por si solos no son mis favoritos, cuando los unes haces que mi orgullo salga y hable por mí, quisiera decirle al mundo que tan perfecta eres y no lo hago por el temor de parecer engreído pero es más que obvio que muchos te envidian, quisieran tu comida, tu historia y hasta a tu gente.

Las serpientes y las águilas no me parecen animales muy atractivos pero en tu bandera se ven imponentes, cada vez que el aire te mueve sacude mil emociones y dejo de escuchar los comentarios negativos que te envuelven, prefiero enfocarme en todo aquello que nadie cuenta, en las personas que madrugan para llevar pan a casa, en las madres y padres solteros que deben sacar adelante a sus hijos, en los deportistas que han llorado al escuchar el himno nacional, en las ganas del que quiere hacer las cosas bien por un país mejor, en los que alzan la voz, en los que luchan por sus derechos, en las mujeres que se cansaron del prejuicio y el maltrato y ahora solo buscan justicia, cuando escucho tu himno me imagino a todo un pueblo saliendo de sus casas sin miedo, caminando para ir a votar, un pueblo que aprendió, sobrevivió y sólo tiene cosas buenas que mostrar.

México no es Guzmán, hay miles de historias mejores que contar pero no estoy aquí para discutir los prejuicios que la sociedad y tú has creado, eso en mi vida no tiene cabida.

Vivir lejos de ti es difícil, entre más tiempo paso fuera, más te extraño y es que se me complica el tener que decidir lo que más me hace recordarte, la gente, aquellas personas que viven un infierno pero hacen que tu día comience bien porque te saludan con una sonrisa. La comida, nada se compara con tu gastronomía, imagínate que sigo sin encontrar un salsa que pique o algo que le de sabor. La música, el mariachi no retumba y en cambio solo queda el eco de aquellas melodías que marcaron mi vida.

No somos un país fiestero, nosotros somos la fiesta pura, eso extraño muchísimo, ningún convivio se parece a los “Algo Tranqui” que padecí allá.

Algún día regresaré, regresaré con la cabeza en alto, mirando firme, esperando que vayas por mí, orgullosa diciéndome: “Lo lograste hijo mío” No eres de donde naciste, eres de donde te sientes, eres de las personas que te ayudaron, de los platillos que te quitaron el hambre y de los gritos que diste en un tal 15 de Septiembre.

Attentamente: Mario Revilla.

Instagram: mario.revilla07

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