En la política, en la guerra, también puede haber justicia poética. Canadá lo acaba de demostrar. El Gobierno del progresista Justin Trudeau ha nombrado a Ahmed Hussen, el primer ciudadano de origen somalí que se convirtió en miembro del Parlamento, como nuevo ministro de Inmigración, Refugiados y Ciudadanía.
El nuevo ministro sustituirá en el cargo a John McCallum, que será enviado a China como nuevo embajador canadiense. Hussen llegó a Canadá cuando tenía 16 años en condición de refugiado, en 1993. Su carrera política comenzó en 2001, cuando se presentó a la Asamblea Legislativa de Ontario, también llamada Queen’s Park. Al año siguiente fue contratado como asistente de Dalton McGuinty, el líder opositor de la provincia. Ocupó este puesto hasta 2003, cuando fue promovido a asistente especial tras la victoria electoral del Partido Liberal. Dos años después, Hussen trabajó con la Real Policía Montada canadiense en el comité de Seguridad Nacional.
Fundó el Centro Comunitario de Regent Park (Toronto), sirvió como presidente del Consejo Nacional canadiense-somalí y ocupó un asiento como miembro de la Mesa Redonda Transcultural sobre Seguridad del gobierno federal. Es decir, su nombramiento no es un regalo, sino fruto de una vida de esfuerzo y de conocimiento, de primera mano, de la materia que ahora va a ocupar sus días.
Hussen se ha comprometido a ofrecer su “experiencia como inmigrante” pero también como abogado en materia migratoria y como alguien “que ha trabajado muchos años como activista y defensor de la comunidad”, según recoge CBC. El director ejecutivo de la Asociación de Ayuda al Inmigrante Somalí, Mahad Yusef, ha celebrado la decisión de Trudeau de llevar a Hussen a su Gabinete. “Es una muy buena noticia para nuestra comunidad”, ha defendido.
Canadá se ha convertido en un lugar al que el mundo mira como referente de apertura ante los refugiados y su drama. Sólo en el último medio año, mientras en Europa los países se pelean por las cuotas, ha acogido a más de 27.000 refugiados sirios. Un hecho más que se suma a la larga lista de motivos por los que Trudeau arrasa.
Fuente: Huffigton Post