Los agentes fronterizos pidieron ver su teléfono móvil y el de su primo, tras lo cual estuvieron revisándolos cerca de una hora. Después de esto, los dos fueron interrogados de forma separada durante un período de 45 minutos.
Las autoridades fronterizas de Estados Unidos han obligado a una canadiense de origen marroquí a regresar a su país impidiéndole la entrada al país después de haber comprobado que en su teléfono móvil tenía vídeos grabados en árabe.
Fadwa Alaui, que viste hiyab, trató de entrar el pasado sábado en el país con dos de sus hijos y un primo –todos con pasaporte canadiense– a través del punto fronterizo de Philipsburg, ubicado entre Canadá y el estado de Vermont, con la intención de pasar el día con su familia residente en Estados Unidos en la ciudad de Burlington.
Alaui, residente en un suburbio de Montreal, ha explicado a la cadena canadiense CBC que se le denegó la entrada después de ser fotografiada e interrogada, entre otros aspectos, acerca de su religión.
«Me sentí humillada, tratada como si fuera menos que nada. Como si no fuera canadiense», ha explicado.
Los agentes fronterizos pidieron ver su teléfono móvil y el de su primo, tras lo cual estuvieron revisándolos cerca de una hora. Después de esto, los dos fueron interrogados de forma separada durante un período de 45 minutos.
«Me preguntaron si era practicante, a qué mezquita suelo ir, el nombre del imam, cada cuánto voy a la mezquita, qué tipo de conversaciones escucho en el templo y si el imam habla conmigo directamente», ha señalado.
Posteriormente le hicieron preguntas en referencia a vídeos en árabe que habían encontrado en su teléfono móvil. Alaui, tras explicarles que se trataba de vídeos de rezos, tuvo que esperar una hora más hasta que los agentes regresaron y les denegaron la entrada.
«No tienes permiso para entrar en Estados Unidos porque hemos hallado vídeos en tu teléfono que van en contra de nosotros», le dijo uno de ellos, según su versión.