Cada cultura tiene sus propios tabúes – cosas que están prohibidas de decir o hacer en conversaciones con un público canadiense – Se podría pensar que un país liberal, de mente abierta como Canadá estaría libre de este tipo de tabúes, pero podemos estar equivocados.
A pesar de nuestra creencias y de nuestra propia tolerancia, algunas cosas simplemente no están abiertas al debate. Si lo intentas, te puedes ver en aprietos frente a tus vecinos canadienses.
Es arriesgado poner en duda la sabiduría de la tribu. Es posible que te apedreen. O por otro lado, algunas personas pueden acercarse sigilosamente a usted después y confesarle en secreto estar de acuerdo.
Usted puede decir estas cosas en público a su propio riesgo. Aqui hemos elaborado una lista de algunos puntos espinosos para los candienses.
Por lo menos, esté seguro que de discultirlos en una reunión comenzará una buena discución bastante acalorada.
1. Margaret Atwood escribe libros horribles.
Margaret es una prolífica poetisa, novelista, crítica literaria y activista política canadiense. Nadie ha ganado más premios literarios, que ella y nadie es más temida. No hay espacio para una mala crítica de alguno de sus libros en Canadá. Es una lástima, no poder poner en tela de juicio sus libros ya que muchos de sus libros son tediosos e ilegibles, llenos de tramas tortuosas y personajes desagradables. ¿Por qué nadie dice eso? Porque los canadienses están agradecidos de que les haya puesto en el mapa mundial liteario. Y porque si lo hacen, nunca van a volver a trabajar en este país.
2. El reciclaje es una pérdida de tiempo y dinero.
Hubo un tiempo en que era fácil sacar la basura. Hoy en día, la basura gobierna nuestras vidas. Cada hogar se ha convertido en una mini versión del vertedero municipal, y cada uno de nosotros se ha convertido en un recolector de basura, separando cuidadosamente nuestros productos orgánicos de nuestras botellas y papeles; preocupandose incluso de por donde se supone que va la pelusa de la secadora.
No trate de meter una botella de vino en la bolsa equivocada! La policía de la basura va a castigarlo. La verdad sobre el reciclaje es que es un desperdicio enorme de dólares y no ayuda al medio ambiente. Pero no le digas esto a tus hijos. No te van a creer. A ellos les han lavado el cerebro.
3. Sólo la empresa privada puede salvar al Sistema de Salud
Tommy Douglas, uno de los más grandes canadiense de la CBC, fue el creador de la atención sanitaria universal. Pero incluso su plan no pagó originalmente las uñas encarnadas para todos. Su principal objetivo era asegurarse de que nadie se arruine financieramente si se enferma.
Pero hoy tenemos un sistema en el que el control de costes es más importante que el tratamiento de los pacientes y donde la ideología es agobiante para todos. En algunos lugares, como Toronto, las personas pueden quedar ciegos mientras esperan la cirugía de cataratas. El gobierno podría restaurar la vista del paciente en un día, simplemente mediante el envío a una clínica privada en lugar de un hospital. Y el costo para el gobierno sería exactamente el mismo. Pero en Canadá, privatizar es una mala palabra, por lo que el gobierno prefiere que los pacientes se queden ciegos. Pobre Tommy, hoy estaría revolcándose en su tumba.
4. David Suzuki es malo para el medio ambiente
Desde el calentamiento global hasta el salmón de una piscigranja, pasando por los cultivos modificados genéticamente; David Suzuki tiene un sólo mensaje: “The End is Nigh” (el final está cerca).
Él es nuestro profeta de la fatalidad que predica la maldad intrínseca de la especie humana. Como un moderno Savonarola, advierte que a menos que echamos nuestras posesiones materiales a la hoguera, todos vamos al infierno.
El problema de esta visión apocalíptica es que la gente está empezando a desconectarse. Y nuestra inversión muy costosa en el inviable tratado de Kyoto, el cual Sr. Suzuki nos dice que no va lo suficientemente lejos, se basa a medidas más prácticas para reducir el smog y limpiar nuestros sitios de desechos.