Un estudio realizado en Canadá afirma que el cerebro de quienes tocan algún instrumento musical procesa mejor el lenguaje.
Las habilidades necesarias para crear música esta asociado con una activación optimizada de las regiones auditivas del cerebro inferior izquierda y frontal derecha de las personas, la cual también es utilizada cuando se hace uso del lenguaje por lo que los artistas tendrían una ventaja al hablar, aseguró un estudio de la Universidad McGill de Montreal.
En la investigación se utilizó la resonancia magnética funcional para examinar las diferencias en la percepción del habla entre los profesionales de la música y el resto de personas, Robert Zatorre, del Instituto Neurológico de Montreal. Quien explicó que analizaron los resultados de 15 músicos y 15 personas ajenas a esta disciplina a quienes se les pidió identificar varios sonidos de sílabas con una relación señal/ruido (SNR, la proporción entre la potencia de la señal que se transmite y la potencia del ruido que la corrompe) que oscilaba entre -12 y 8 decibelios.
Mientras que los dos grupos reaccionaron igual en una condición de ‘ausencia de ruido’, los músicos superaron a los no músicos al identificar correctamente las sílabas en todas las demás SNR, especialmente en las situaciones más ruidosas.
Yi Du, científico que también colaboró en el experimento, señaló que dicha habilidad “se asoció con una activación mejorada de las regiones auditivas inferior izquierda y frontal derecha del cerebro de los profesionales”.
El entrenamiento musical mejoró la conectividad funcional intrahemisférica e interhemisférica entre las áreas motoras, auditivas y del habla, explicaron los también catedráticos.
“Nuestros hallazgos sugieren que la mejora en la percepción del ruido en los músicos se basa en representaciones fonológicas más finas y una conectividad funcional más fuerte entre las cortezas motoras del habla, auditiva y frontal en ambos hemisferios”, concluyeron Du y Zatorre.
Ambos investigadores esperan que estos hallazgos podrían tener implicaciones para el tratamiento de los trastornos auditivos, especialmente en los que se desarrollan con el paso del tiempo en las poblaciones más envejecidas.