A Mauro Larrea en “La Templanza, de María Dueñas, lo mueve la incertidumbre.
-Es tarde, no van a venir, no las necesitamos, decía “el miedo”.
Estaba cansada de esperarlas. Pensé que “mis expectativas” llegarían solas.
-Llevamos años en esto, no espero un minuto más, cojan la cartera y el sombrero, dijo “La cabeza”. –Vamos por ellas.
En cuestión de minutos estábamos cruzando la puerta sin tener la más mínima idea de donde podrían estar “mis expectativas”.
-Ni siquiera estamos seguros de que Tatiana tenga expectativas, dijo “el miedo”. Los personajes que viven en mi imaginación lo miraron horrible, pero él tenía razón, quizás yo no las tenía.
Al inicio de nuestro viaje “el miedo” dirigía. Caminábamos inseguros, íbamos cabizbajos. Nos daba temor terminar aún más perdidos.
De tanto andar nos fuimos acostumbrando, “el miedo” fue perdiendo fuerza, y “la cabeza” tomó su lugar.
Ver “las expectativas” de los demás, nos llenaba de esperanza. Si ellos las habían encontrado, nosotros también lo haríamos.
Ni bien me había sentado a descansar, cuando me dijeron que las habían visto.
Estaban cruzando la esquina.
Les pregunté si alcanzaríamos a llegar antes de que se fueran. -Si, dijo “el tiempo”, yo siempre estoy de tú lado.
❤️😊❤️
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Gracias por Creer en ti y Confiar en mi.
Beso y Bendiciones,
Tatiana
Escritora y Coach femenina
Ayudo a las mujeres a OLVIDAR al Incorrecto y ATRAER al Indicado.
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