Te estuve pensando mientras te veía ahí, tan tranquila, tan única que hasta me haces creer que de todos los habitantes del planeta, no hay nadie como tú y es que ¿Cómo podría? Eres pieza clave para que el mundo gire, para que la depresión no se sumerja a todos en un mar lleno de oscuridad.
Día tras días los polos se derriten, el hambre se hace más presente, la ansiedad minimiza a los demás estados de ánimo y a mí me sigue valiendo mad*** te tengo conmigo y eso es lo que le da sabor al café barato de la esquina, eso es lo único que hace valer a mis oraciones.
Me dueles y no por lo que haces o por lo que yo quisiera que hicieras, esas estupideces ya las dejé atrás… pero ahora me dueles porque sé que te irás y en nuestra historia habrá alguien que se vaya tarde o temprano y ¿Qué más da si me voy yo o me dejas tú? Al final en este punto terrenal, la vida se me escapa en el momento que tu corazón deje de latir. Estoy seguro que la sequía llegaría con la primer lluvia.
Contigo aprendí que la maldita magia existe ya que no me importa ver arder a los demás, no me inmuta si quiera que la economía de uno o varios países colapsen, no siento nada al saber que posiblemente llegue una guerra cuando mi mayor batalla será perderte y no aferrarme a tu recuerdo ¡No! No hay pócima o ritual para eso, solo queda una cruda realidad y ahora entiendo porque no todos estamos hechos para vivir, no todos somos fuertes, no todos podemos con lo ojete que es vivir pensando que nada es tuyo y que el tiempo es tan relativo que no sabes dónde empieza ni donde acaba esto.
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