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Aún quedan los viejos recuerdos que se vuelven realidad cada vez que los pienso, aunque te tengo a una sola llamada de distancia, la realidad es que el peligro es demasiado grande y mientras tú no tienes nada que perder, yo veo la inminente pérdida de una apuesta de cien a uno.
Sus labios siempre fueron prohibidos, las manos una perdición y su cuerpo me era tentación pura, pensar en lo que hacíamos sin restricción, me hace sentir lo que en esos momentos era latente.
Podíamos tocar la respiración del otro, el placer se apoderaba del ambiente y este representaba dulzura y castigo, lo que empiezo lo termino sin prejuicio, mentalidad que me hacía caminar sobre el fuego que quemaba cada beso y caricia dejando cenizas, mismas que renacían en cada encuentro, encuentros que titulaba “Prohibidos”.
Es irónico como somos presos del momento pero a la vez, nos sentimos libres con una persona, es por ello que de manera consiente, sabía las consecuencias pero inconscientemente, las tomaba sin importar lo que la conciencia le decía a la razón tomando en cuenta la opinión del juicio, las ganas se ocultaban pero siempre salían desnudando su cuerpo y desnudando mi alma.
Lo único que podemos contemplar es el anochecer y entender que el amanecer no es brillante para nosotros, es un espejismo de la pasión sin freno que cada vez es más excitante y retorcida.
Los testigos de la historia son todas las estrellas que vieron la explosión cósmica terrenal que era escuchada a dos o tres habitaciones de distancia.
Cuando la conocí, le pregunté si estaba casada, con anillo al dedo y mirada fija, me contestó que no, se quitó la argolla y repitió las palabras de: “Por hoy, estoy soltera” de ahí en adelante, no volví a preguntar, sabía que conmigo podía ser la mujer más libre de todas.
Hay dos tipos de personas, los que piensan en la boda y los que pensamos en la luna de miel, quiero afirmar que llevo más de cien lunas de miel que han saciado mi piel, alimentado mi deseo de seguir conociendo otros mares cual marinero.
Las cosas eran diferentes, ella tenía un compromiso con otra persona, me conoció soltero y así me mantengo, tal vez en este punto, el primer párrafo te sea confuso, en él, dije que yo tenía más que perder, te preguntarás ¿Cómo puede ser posible si no tengo compromisos con nadie? Aquel que no cree en el amor, suele confundir a la pasión y el deseo con amor, si eso llegara a pasar, el perdido sería yo, no tendría opciones “B” ya que yo siempre fui esa opción, aquella que no se piensa, se siente.
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