Una mala relación de pareja
Nos encontramos en plena decadencia del matrimonio, es un concepto el que pudiéramos considerar como el cimiento de la familia y el matrimonio tiende a desintegrarse, qué podemos esperar de la familia. Yo me casé a los 19 años, la primera vez, sé lo que es un divorcio y todos los daños que genera, sé de mis errores, de mis aciertos y ahora, tengo 20 años de casado, cierto, con muchos intentos de divorcio, con algunas separaciones cortas, otras prolongadas, pero, al menos, solo por hoy, disfruto de una buena relación de pareja y tengo que ver las actitudes que dañaron mi matrimonio, mi vida de pareja, hablando de mí, de mi vida no ha sido nada fácil, hoy poseo un gran capital, una experiencia que puedo usar para no repetir errores, aunque hay que recordar, lo que dice el dicho y dice bien.- El Hombre es el único animal que se tropieza con la misma piedra dos veces.- y dice también otro.- En la casa del jabonero, el que no cae resbala.- Quiero decir, que no es nada fácil llevar la fiesta en paz.
Cuando no hay amor, no hay nada
No hay peor lucha que la que no se hace.- Cuando ofrezco mi experiencia a través de mis talleres, encuentro una gran apatía en la mayoría de los hombres, igual, cuando escribo, o hablo en televisión o en la radio, o doy una plática sobre codependencia, relaciones destructivas, relaciones enfermizas o simplemente, el por qué muere el amor, son las mujeres las más interesadas, pero resulta que quieren el máximo resultado ante el más mínimo esfuerzo y no es por que tengas la varita mágica y la solución inmediata, ellas, muchas, creen que esto es instantáneo y lo único instantáneo es el Nescafé, la sopa Maruchan y todo lo que se mete al micro, bueno casi todo; cada taller de Matrimonios en Armonía, o de Liberación emocional, me doy cuenta coma anda el agua y como dicen por ahí, hago una dinámica para medirle el agua a los camotes, primero, las motivo a que me escriban, lo que más gordo me cae de mi pareja, lo que aborrezco, lo que odio, lo que me rechoca y ya te habrás de imaginar, hay quienes necesitan como mil 570 hojas, escritas por los dos lados, claro, muchas lloran y lloran y hacen catarsis, luego, de un tiempo razonable, tres horas después… No, no es cierto, más o menos en media hora, hago el complemento, escribe por favor, les digo, las cualidades, lo que admiras de tu marido, lo que te gusta de su manera de ser, de pensar de actuar, requiero, honestidad, honestidad al máximo y ahí te puedes dar cuenta, si la pareja puede tener solución o no, todo depende de lo que escribas con la verdad, con el corazón en la mano.
Lo más importante, la comunicación
A pesar de que me las doy de muy cuco, de que tengo más 4 décadas en medios de comunicación, de que doy conferencias, soy escritor y todo ese rollo, debo de reconocer que mi talón de Aquiles es mi comunicación con mi pareja y es algo que he estado trabajando con honestidad, me costó mucho trabajo reconocer y no quería cambiar, por ejemplo, soy inmaduro, hago berrinches, soy el que no sabe pedir las cosas, sino es con enojos o reclamos, no sé escuchar, no tengo ese gesto de humildad, quiero que todo giré al modo que yo quiero, por supuesto soy autoritario, tajante y no acepto mis errores, ni reconozco que me equivoqué, soy ese típico macho mexicano, tipo, raro, aislado, seco, inexpresivo, incomunicado, agresivo, violento, merecedor, que no valoro y todo lo quiero al instante, en el momento que yo digo y hace muchos años que comencé a trabajar mis defectos de comunicaciones, mis defectos de carácter, mis patrones de conducta y mis actitudes nefastas, me enojaba y lo que hacía, me orillaba al silencio, me aislaba, me refugiaba en mi computadora y mi falso orgullo no me permitía ofrecer disculpas, ni pedir perdón.
Daños irreversibles
Sé cómo fui llenando de resentimientos a mi mujer, cómo, a través de los años, establecimos una relación neurótica, enferma, destructiva, cultivé con mis actitudes un matrimonio conflictivo lo que generó un hogar disfuncional, cometí serios errores como el pelear delante de mis hijos, el insultarla en cualquier lugar y a toda hora, el tiempo, fue mermando, causando dolor, tristeza y frustración, sin duda, una carga emocional enorme, yo aún, lleno de soberbia, sin querer cambiar, sin aceptar mi enfermedad, mis adicciones, mis celos y todo el estuche de monerías que cargo, hoy, gracias a Dios nada que ver con ese infierno, pero tengo que acordarme del secuestro del cual mi mujer fue víctima, tengo que acordarme del cavernícola y de ese ser humano enfermo, macho, agresivo y sin duda despreciable.
Mis difíciles procesos
El primer intento por ayudarme a salir de mi alcoholismo y mi codependencia a la cocaína, lo hace mi mujer al obligarme prácticamente a internarme en una clínica de Mazatlán, Oceánica, cumplo con los 35 días y nos quedamos 8 días más de luna de miel en un hermoso rancho, Las Moras, cuando llegamos a México, mi cuñado me recibe con un pase de cocaína y me dice, eso de alcohólicos anónimos es pura jalada y le doy tremendo jalón, ahí dejé en la basura las ilusiones y mi compromiso por cambiar, luego, con los años, mis huesos se descalcifican por el abuso excesivo en el consumo de cocaína y me veo en la necesidad de que me pongan una prótesis en la cadera derecha, demasiado joven, casi a mis 36 años de edad, mi mujer, dormía en el suelo en el cuarto del IMSS donde me recuperaba, ahí estuvo, llevándome con la silla de ruedas por un largo tiempo, después en mi agresiva actividad, me llevó 4 veces a diversas clínicas debido a mi estado anémico, a mi condición enferma que yo le oculté, le metí durante 7 años que yo era cocainómano, una de esas 4 veces, ella, iba embarazada de mi hijo Gabo que tiene ahora 17 años y el doctor cuando me vio, pesando menos de 50 kilos, amarillo, con lo blanco de los ojos café, ojeroso, le dijo.- Señora, no se asuste, pero su marido tiene SIDA.- y ella, mi esposa, con mis nefastas actitudes, siempre ha estado conmigo, en estos 20 años, no me ha dejado morir solo.
Nunca es tarde para rectificar
Ahora, le echo ganas a mi matrimonio, tengo grandes ilusiones, muchos planes de pareja, de nuestra casa, con los hijos, quiero hacer muchas cosas si Dios me lo permite, quiero vivir los últimos años que me quedan en armonía, en sobriedad, quiero estar conquistando a mi mujer, deseo dar lo mejor de mí, quiero seguir disfrutando como gozo estos momentos, cuando la hago reír, cuando la abrazo y le digo lo mucho que la amo, quiero que siga así, siempre así, pero sé que tengo que seguir cambiando, sé, que debo de madurar, de trabajar mi neurosis, aumentar mi tolerancia, dedicarle más tiempo a mi familia, sé que de mi dependen y de nadie más, que no debo de alejarme de lo que hago, de estar en los grupos, de visitar los anexos, de recorrer las colonias, las escuelas, sé que todo lo que hago al día, finalmente tiene su recompensa y el resultado se llama armonía, amor y libertad, si yo he podido, cualquiera que quiera, ahí no se queda. Tengo mucho que agradecerle a mi esposa y creo que la mejor paga, es mi amor sincero, buscar que el sapo en que me convertí, se transforme en el príncipe y la vuelva a conquistar con hechos, si hay amor, hay solución. Gracias por leerme y escribirme, [email protected] Visita mi página crisiscreces.com. Tel 614-410-0158.
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Por Ernesto Salayandia García
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