TUXTLA GUTIERREZ, México.- La policía federal mexicana descubrió a 210 inmigrantes centroamericanos y sudamericanos apiñados y deshidratados dentro de un tractocamión en México.
Los migrantes fueron arrestados después de que el vehículo fue registrado en un retén en la carretera que bordea Veracruz, estado con costas en el Golfo de México, indicó un funcionario de inmigración, el cual pidió guardar el anonimato porque no está autorizado a hablar oficialmente sobre el caso.
La policía arrestó al conductor del camión y a su asistente, quienes serán transferidos a una prisión de máxima seguridad, agregó el funcionario.
Los migrantes son de Brasil, Guatemala, El Salvador y Nicaragua, así como de la India.
Se les proporcionó comida y agua después de haber sido encontrados tan atestados dentro del remolque que tuvieron que permanecer de pie 24 horas y no habían comido, dijo el funcionario. Ahora se encuentran en una estación federal del estado sureño de Chiapas a la espera de ser deportados.
Cada año, cientos de miles de inmigrantes ilegales cruzan la frontera sur de México rumbo a Estados Unidos bajo condiciones infrahumanas. A menudo la gente es apiñada como ganado y transportada como si fuera un bien de consumo.
Loa, un salvadoreño de 23 años a quien las autoridades de inmigración le prohibieron proporcionar su apellido, estaba entre los migrantes detenidos el domingo. Estaba comprando una “torta” (semejante a un emparedado con carne) que le pasó un vendedor callejero a través de los barrotes de su prisión.
“Hacía mucho calor y no teníamos agua”, dijo Loa, visiblemente demacrado, a The Associated Press con relación a su difícil viaje que comenzó el viernes. Su plan era llegar a Los Angeles.
Las Naciones Unidas calculan que el contrabando de ilegales a Estados Unidos es un negocio de 6.600 millones de dólares anuales. Eso no incluye otros 1.000 millones que pagan miles de ciudadanos no mexicanos para cruzar de Guatemala con el fin de viajar al norte, según un reporte de la ONU del 2010 sobre delincuencia transnacional.
William, de 43 años, otro de los migrantes detenidos el domingo, dijo que pagó 3.000 dólares a contrabandistas para que los llevaran de Guatemala a Estados Unidos con el fin de trabajar allá. Sabía que una vez que fuera detenido, no habría devolución del pago.
“No hay trabajo en mi país”, agregó William.