Se situará detrás de China si alcanza su objetivo en 4 millones de barriles.
El petróleo está sufriendo la falta de acuerdo que sigue existiendo entre Arabia Saudí e Irán para recortar la producción. Este lunes fue un nuevo día de caídas para el crudo -el Brent cedió más de un 2%-, tras declarar el principe saudí, Mohammed bin Salman, que Arabia no congelará su producción sin la cooperación de Irán, su compañero en la Organización de Países Exportadores de Petróleo -OPEP-.
Sin embargo, este último no parece estar dispuesto a participar: el país se niega a dejar de incrementar el ritmo al que extrae crudo y no quiere entrar en el acuerdo al que han llegado Arabia, Kuwait, Iraq, Venezuela, Qatar y Rusia, para congelar la extracción en los niveles de enero.
Después de tres años de sanciones que le impedían exportar crudo, el país chií quiere recuperar sus niveles de producción del año 2008, en los 4 millones de barriles diarios, antes de hablar de marcar un nuevo tope. Tras conseguir producir 3,2 millones de barriles en marzo, Irán se acerca a su objetivo, que, de cumplirse, supondría adelantar a Canadá como el sexto mayor productor de petróleo del planeta, por detrás de China, y consolidarse como el tercero más grande de toda la OPEP.
Bijan Zanganeh, ministro de Petróleo de Irán, quiso dejar claro el pasado 13 de marzo que la generación de crudo no va a parar de subir hasta que se alcancen los 4 millones de barriles. “Deben dejarnos en paz hasta entonces”, explicó el dirigente. Así, Irán pretende recuperar cuota de mercado, en un momento en el que los bajos precios están obligando a recortar la producción en países como EEUU.
El país recuperaría una parte significativa de su cuota, tanto dentro de la OPEP como en el mundo: pasaría de generar más de un 9% del total de la Organización -niveles de marzo-, a superar el 12%. El aumento que experimentará su cuota de producción mundial también es destacable: en marzo generó un 3,3% del total, y el avance supondría alcanzar el 4,2%. A pesar de ello, el país no conseguiría recuperar la cuota que mantenía en 2008, antes de las sanciones, cuando generaba más de un 4,7% del crudo de todo el mundo.