Bob Bors, el responsable del programa de fruta de la Universidad de Saskatchewan, buscaba entrar en la lista de los diez principales para un nuevo programa de obtención. Entonces, un día, allí estaba, en el vivero de la universidad, junto con el espino cerval del mar y las cerezas Nanking, solo que no es una baya, es un “cultivo gracioso del que nunca nadie había oído hablar”.
Se llama madreselva azul y es el superalimento más reciente de Canadá. Se trata de una baya resistente, rica en antioxidantes, amante de las bajas temperaturas —con raíces rusas, japonesas y canadienses— que tiene expectantes a los investigadores por su potencial de mejora de la salud. Los japoneses se refieren a la madreselva azul como “la fruta de la longevidad”. Los agricultores se refieren a ella como una mina de oro a la espera de ser explotada.
“Es la baya perfecta”, dice Axel Hvidberg, productor de Salmon Arm, Columbia Británica. “La madreselva azul es sabrosa, prospera en el frío”.
Hvidberg describe a Bob Bors como “el padre de la madreselva a zul en Canadá”. Pero es más bien un nieto. La madreselva azul se usa durante décadas como arbusto ornamental y también existía en las tierras inexploradas de Canadá, en los humedales en los que solo un temerario como Bors se atrevería a entrar durante la temporada de la mosca negra en junio, cuando maduran las bayas.
La gran idea de Bors era cruzar una variedad más reciente de madreselva azul, del norte de Rusia, con otra variedad del norte de Japón. La mezcla dio lugar a una fruta que parece un arándanos, solo que más alargado y más grueso. La recompensa fue su excelente sabor. Imaginad una uva, una frambuesa o un arándano, o una frambuesa, un arándano y una grosella negra, todo junto, con un toque picante, y os aproximaréis a la idea.
La madreselva azul madura antes que los arándanos. Los agricultores puede cultivar y cosechar madreselva azul —y arándanos— sin que un cultivo comercial reemplace al otro. A la madreselva azul también le encanta el frío, lo que elimina la posibilidad de que las megaexplotaciones de California adopten el cultivo como propio.
Fuente: NationalPost