Los canadienses están descontentos con la decisión de sus autoridades de facilitar a Kiev los datos del satélite Radarsat-2, ya de por sí demasiado caros para el propio ministerio de Defensa de Canadá. El año pasado las autoridades de Kíev pidieron a Ottawa que les facilitara unos datos obtenidos por la sonda espacial Radarsat-2, a lo que el jefe del Ministerio de Defensa de Canadá Jason Kenney dio su conformidad, recuerda ‘National Post’.
Las capacidades de la sonda pueden ser de interés para la inteligencia de cualquier país, ya que es capaz de proveer la información necesaria a cualquier hora y bajo diferentes condiciones climáticas. Sin embargo, el propio ministerio de Defensa padece una “grave escasez de financiación” y carece de las posibilidades de utilizar los datos de Radarsat-2, escribe el diario.
Actualmente, Canadá usa la sonda para vigilar la línea costera. Si el departamento no logra encontrar financiación adicional, el año 2017 será el último en el que ministerio podrá obtener las fotos de cosmos.
Así las cosas, la sociedad canadiense parece preocupada por la generosidad de su Gobierno, sin que haya trascendido cuánto deberán pagar los contribuyentes por la ayuda informativa a Ucrania. Por su parte, el secretario Parlamentario del Primer Ministro de Canadá Paul Calandra asegura que Kiev ha prometido no utilizar los datos con fines militares.