LA HABANA.- El presidente Raúl Castro propuso limitar la cantidad de años en que los dirigentes están en el poder en Cuba, aunque advirtió que la actualización del modelo económico hacia el cual se encamina la isla no permitirá la concentración de la propiedad.
Castro inauguró el sábado el VI Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC), un encuentro crucial que permitirá vislumbrar el futuro camino de la nación caribeña.
Durante más de dos horas el gobernante habló de los principales retos que enfrenta el país, en su mayoría de los de índole económica, pero también se expresó sobre algunas cuestiones de corte político.
“A pesar de que no dejamos de hacer varios intentos para promover jóvenes a cargos principales, la vida demostró que no siempre las elecciones fueron acertadas: hoy afrontamos la consecuencia de no contar con una reserva de sustitutos preparados”, reconoció el mandatario.
Una de las principales críticas que recibió Cuba fue precisamente la edad de sus líderes, muchos de ellos octogenarios.
Ahora la isla comenzará un proceso de “rejuvenecimiento sistemático en toda la cadena” de cargos, aseguró Castro, sin excluirse el de presidente que él mismo detenta.
“Al respecto hemos arribado a la conclusión de que resulta recomendable limitar a un máximo de dos periodos consecutivos de 5 años el desempeño de los cargos políticos y estatales fundamentales; eso es posible y necesario en las actuales circunstancias, bien distintas a las primeras décadas de la revolución”, expresó el mandatario.
Raúl Castro tomó el ejecutivo de manera provisional en 2006 cuando enfermó su hermano Fidel Castro, quien estuvo al frente del ejecutivo a lo largo de más de cuatro décadas.
En 2008 Raúl Castro fue elegido como titular por la Asamblea del Poder, el parlamento.
Desde que asumió Raúl Castro, de 79 años, inició una política de control y racionalización de gastos, incluyendo la paulatina eliminación de subsidios. Además, en los meses precedentes comenzó una apertura al trabajo independiente del Estado.
Según el mandatario se trata de una “actualización” del modelo, pero de ninguna manera un cambio en el sistema socialista de la isla.
Una de las tareas de los delegados del Congreso será precisamente debatir un documento con “lineamientos” u orientaciones que determinarán el futuro económico de la isla.
Sin embargo, expresó el mandatario, no se incluirán 45 propuestas realizadas por la población durante un debate previo a este Congreso pues están “en abierta contradicción con la esencia del socialismo” debido a que “abogaron por permitir la concentración de la propiedad”, manifestó.
“En el socialismo jamás habrá espacio para las terapias de choque”, sentenció también Castro.
Paralelamente, indicó que “el incremento del sector no estatal” que se fomenta, lejos de significar una privatización, será “un facilitador del socialismo en Cuba”.
A lo largo de estos meses, desde finales del año pasado y de cara a este Congreso, se pusieron a disposición de la población –no solo de los militantes– los documentos de base y se organizaron asambleas para que debatieran e hicieran propuestas.
“Los datos recopilados constituyen un formidable instrumento de trabajo para la dirección del gobierno y el Partido (comunista) a todos los niveles, así como una suerte de referéndum popular de la profundidad, alcance y ritmo de los cambios que debemos producir”, dijo Castro sobre el proceso.
El tema más debatido en las asambleas fue la posible eliminación de la libreta de abastecimiento, por la cual los 11 millones de cubanos reciben alimentos subsidiados.
“Dos generaciones de cubanos han permanecido bajo este sistema”, expresó el mandatario, quien indicó que se continuará el proceso de eliminación de la misma pues es un “desestímulo al trabajo”. Sin embargo este proceso será paulatino y “no de golpe”.
Creado en 1965, el Partido Comunista es el único con existencia legal en Cuba. Su función no es electoral –no presenta candidatos–, sino de dirección. Se estima que tiene unos 700.000 militantes, a los cuales se suman los 500.000 de la sección juvenil.
Ex profeso, las sesiones del congreso fueron precedidas en las mañana del sábado por un desfile militar encabezado por el presidente Castro y, además de marcar el evento partidario conmemoraron el 50 aniversario de del triunfo de Playa Girón, cuando las fuerzas cubanas repelieron una invasión de exiliados apoyados por Estados Unidos.
Camiones blindados, cañones, tanques y hasta una réplica del yate Granma que sirvió al líder Fidel Castro y sus rebeldes para comenzar la sublevación que derrocó al dictador Fulgencio Batista en 1959, avanzaron por la Plaza de la Revolución.
Tras un bloque de niños desfilaban los soldados de las diferentes fuerzas con sus armas. Helicópteros y aviones de combate surcaron los aires.
Al final pasó una apretada columna de cientos de miles de cubanos saludando, moviendo pequeñas banderas y con carteles de apoyo a la revolución.
La victoria en Playa Girón –o invasión de Bahía de Cochinos, como también se la conoció– significó la consolidación de la revolución cubana, se convirtió en los 60 en un símbolo para el continente y marcó una nueva era de relación entre Washington y América Latina.