Miles de personas votan en Cataluña si quieren o no constituirse como un Estado independiente.
Por: Asier Vera (Barcelona)
El día histórico para Cataluña comenzó a 17.000 kilómetros de distancia, concretamente, en Sidney. En esta ciudad austral fue donde se abrió el primer punto de votación de los 19 que se han instalado en todo el mundo, uno de ellos en Montreal, para que los 220.000 catalanes residentes en el extranjero pudieran participar en la consulta que se celebra desde las 09.00 hora local en toda Cataluña. En total, 5,4 millones de ciudadanos de esta Comunidad Autónoma mayores de 16 años están llamados a responder a dos preguntas:¿Quiere que Cataluña se convierta en un Estado? Y en caso afirmativo, ¿Quiere que este Estado sea independiente? Hasta las 14.00 horas, ya habían votado 1,14 millones de personas. Llegar a lo que se ha conocido en España como el 9N no ha sido fácil. Fue el pasado 12 de diciembre cuando el partido que gobierna en Cataluña, CIU, llegó a un acuerdo con Esquerra Republicana, Iniciativa y la CUP para consultar a la ciudadanía sobre si desea salirse de España. Inmediatamente, el Gobierno español, presidido por Mariano Rajoy (PP) se opuso a este referéndum y lo recurrió ante el Tribunal Constitucional (TC), que lo declaró ilegal. Pese a los resquicios legales que ha ido buscando el presidente catalán, Artur Mas, para que se llevara a cabo la consulta en un marco de legalidad, siempre se encontró con un muro de contención, llamado Tribunal Constitucional.
Sin embargo, Mas no se amilanó y presionado por los partidos más nacionalistas y la Asamblea Nacional Catalana (ANC), que es la impulsora de todo este proceso, ha seguido adelante con lo que se ha venido a llamar finalmente proceso participativo. En contra, han estado desde un primer momento el PP, el PSOE, UPYD y Ciutadans. Hasta el último minuto había dudas de si la Fiscalía General del Estado pediría la suspensión de la consulta y la retirada de las urnas, si bien finalmente, a las 9 de esta mañana abrieron con normalidad los 1.317 puntos habilitados para votar, que están siendo gestionados por voluntarios, después de que el TC impidiera al Gobierno catalán tutelar el proceso. Desde esa hora y pese a la lluvia, miles de personas están haciendo cola en los colegios e institutos públicos en los que se han instalado las urnas, que estarán abiertas hasta las 20.00 horas, si bien los resultados no se conocerán hasta este lunes. Precisamente, el Gobierno español ha censurado duramente que se emplearan instalaciones públicas para llevar a cabo una consulta que consideran ilegal a todas luces y cuyo resultado cree que no va a afectar para nada a la actual organización del Estado.
Pese a este escenario y salvo la detención de cinco jóvenes que han roto a patadas una urna esta mañana en un colegio de Gerona al grito de ‘Viva España’, la jornada se está desarrollando con normalidad y en un clima festivo. A pie de urna, una de las impulsoras de la consulta, la presidenta de la ANC, Carme Forcadell, ha asegurado que este día supone un “triunfo de la democracia”. “Pase lo que pase hoy, ya hemos ganado, porque estamos desafiando al Estado, que ha utilizado todos los recursos para que no podamos votar”, ha subrayado Tras acudir a votar a las 12.00 y responder ‘sí’ a las dos preguntas, el presidente de Cataluña, Artur Mas, que ha sido recibido al grito de ‘Independencia’, ha recalcado que “nos hemos ganado el derecho a un referéndum definitivo”, al tiempo que ha dicho que no entiende que Rajoy haya dicho en los últimos días que esto no es un referéndum, ni una consulta, pero que busque bloquearlo en los tribunales”. Para Mas, una vez se conozcan los resultados, el Gobierno central debe “encarar lo que es un clamor en Cataluña”, donde, cuando llegue el referéndum definitivo al que aspira, tiene que reinar la convivencia. En relación a unas eventuales elecciones avanzadas y plebiscitarias, ha admitido que es una de las opciones a partir de ahora.
“DESOBEDECER A LA SOBERBIA DEL GOBIERNO”
Con independencia de los movimientos políticos, lo cierto es que los protagonistas de este domingo son los ciudadanos, que han votado tanto en un sentido como en otro. Uno de los más madrugadores ha sido Jordi Membrado, de 65 años, quien ha votado ‘sí’ a las dos cuestiones, debido a que, según ha argumentado, además de estar a favor de la independencia de Cataluña, su voto responde a un deseo de “desobedecer a la soberbia del Gobierno español”. Asimismo, estima que la negativa del Ejecutivo de Rajoy a consultar a la ciudadanía ha provocado que crezca el número de independentistas, por lo que espera que el resultado de la votación suponga una “bofetada” para el Gobierno. En Cataluña residen miles de personas procedentes de Latinoamérica. Una de ellas es Vivian, de 53 años, originaria de Cuba y que lleva 12 años viviendo en Barcelona. También ha votado ‘sí’ a la independencia de Cataluña, al creer que si esta Comunidad se sale de España, estaría “mejor”, debido a que, según critica, el Estado “no reparte como es debido” el dinero que recauda de esta región, que “siempre queda colgada”. “La gente quiere que Cataluña prospere y, por eso, soy nacionalista”, se sincera, a la vez que advierte de que costará “mucho” lograr la independencia, porque el Gobierno “pondrá muchas trabas”. Sin embargo, avisa que “así empiezan las revoluciones y hoy el pueblo catalán ha gritado que necesita la libertad”.
“UNA CORTINA DE HUMO”
No todo el mundo está a favor de la independencia, como Mónica, de 40 años, quien ha votado que ‘sí’ a que Cataluña se convierta en un Estado y ‘no’ a que sea independiente. Ha argüido que el hecho de ser un país independiente comportaría una serie de gastos económicos, que, a su juicio, no se han tenido en cuenta, como tener un Ministerio de Asuntos Exteriores y representación en muchos lugares. “No le veo sentido ser un Estado independiente, porque económicamente, no saldría a cuenta”, insiste, si bien sí que le gustaría que Cataluña tuviese una mayor capacidad para decidir sobre determinados asuntos. No obstante, esta catalana opina que la consulta y la independencia son una “cortina de humo” de los partidos políticos para evitar hablar de otros problemas más acuciantes de Cataluña, como el deterioro de la educación y la sanidad o el aumento de la pobreza. Otra ciudadana que se opone a que Cataluña se vaya de España es Charo Domínguez, de 56 años, quien ha votado ‘no’ a las dos preguntas, debido a que, según apunta, ya hay un Estado, llamado España. “No me convencen los argumentos para independizarme, ni me interesa salir de la Comunidad Económica Europea”, recalca, a la vez que revela que ella se siente europea, después española y luego catalana. Así, incide en ella se siente “muy catalana”, a pesar de lo cual reitera que “formamos parte de España”. No obstante, a pesar de que el referéndum es “ilegal”, sostiene que aquellos que están en contra de la separación, también deben acudir a las urnas para expresar lo que opinan, al estimar que toda la campaña “ha estado un poco manipulada hacia el sí”.
Muy contraria es la Obiols Bragulat, de 34 años, quien apoya la independencia más que por una cuestión económica, por motivos sentimentales, dado que él no se siente español. Para Bragulat, mucha gente que vota sí a las dos preguntas no es porque sean independentista, sino que es más “anti España, porque el Gobierno siempre le dice no a Cataluña”. Por otro lado, admite que desde pequeño, en su familia siempre le han inculcado más el sentimiento catalán, debido a que sus abuelos le narraron cómo en la época de la dictadura estaba prohibido hablar catalán o cómo en la guerra civil mataron a sus hermanos.
NUEVA INDEPENDENTISTA
Georgina, u na estudiante de Comunicación, llamada Georgina, reconoce que es una nueva independentista, dado que desde hace poco tiempo se ha unido a la causa de pedir la escisión de Cataluña de España. Asimismo, añade que “no es exacto” que si se logra la independencia vaya a ir todo bien y nos vayamos a convertir en un país idílico, pero, en su opinión, quizá se consigue que “no nos roben tanto y que nos convirtamos en un Estado un poco más rico”. Así, confía en que el dinero que ya no “quitará” España sea utilizado para apoyar en Cataluña a los estudiantes y a los emprendedores. Por su parte, Víctor Clavell, de 66 años, cuenta emocionado cómo ésta era la segunda vez en su vida que acudía a votar, debido a que no cree en los partidos políticos, tal como están constituidos en la actualidad. Así, recuerda que ni siquiera votó en el referéndum de la Constitución Española, de 1978, porque no le pareció “correcta”. Sólo fue a votar en las últimas elecciones europeas a Esquerra para que “nos empujase a la independencia”. En este sentido, asegura que pese a que no tenga valor jurídico, la consulta de este domingo, en la que ha votado ‘sí’ a las dos preguntas, tiene un “gran valor sociológico” teniendo en cuenta que es “la primera vez en la historia del mundo que se pretende una separación de fronteras sin guerra ni sangre”. “Espero que la independencia salga adelante no para ir en contra de España como país, sino contra los gobiernos que nos han venido dominando durante los últimos 300 años sin respeto a la identidad catalana”, ha reseñado. De este modo, ha remarcado que Cataluña “no tiene nada contra el pueblo español, al tiempo que afirma que ha ido a votar para que los jóvenes tengan un país “mucho mejor”.
Otra de las partidarias de la independencia es Rosa Bessón, de 54 años, ya que, según argumenta, “todas las veces que hemos intentado tener una relación con España con un poco de derecho se nos ha negado”. Así, afirma que Cataluña se siente “vilipendiada” por el resto de España, a la que acusa de no mirar a esta Comunidad con el “respeto adecuado”, a pesar de su elevado Producto Interior Bruto. “Siempre estamos recibiendo este menosprecio y merece la pena que nos hagamos oír”, concluye.
Fotos: Zahida Membrado.