Oyá
Oya yegbe iya mesa oyo orun afefe iku lelebi oke ayaba gbogbo loya obinrin oga mí ano oga mi gbogbo egun oricha ni abaya oyu ewa oyansan oyeri gekua iya miobinbin ni kiukuo le fun olugba ni Olofi notosi wa ayaba nikua odukue10.
Cuando te siembren como una semilla, yo estaré
a tu lado. Te enseñaré porque mis ojos están vacíos
y mi cabello se esfumó entre las rosas; por qué
mis huesos van al descubierto. Lo demás se aprende
pronto… No es difícil ser un buen muerto.
*Orisha de la muerte.
Moyubba*
Soy el hombre-dios. Hasta que mis pasos no violaron la tierra, Hasta que mi sed no preñó los ríos, hasta que mis lágrimas no saciaron los siglos… vanos fueron los tiempos. Soy la mano que hace las palabras, el golpe que escribe los sonidos, la duda que produce los dioses. Soy el misterio y el amor. Y como nazco y muero, soy el dios de la vida y la muerte. Vengo del tiempo, hacia el tiempo voy.
*Saludo.
El Amor de Guerrero.
Vengo librando batallas.
Reposaré cansado
a la orilla de tu río.
Gusto ver tu falda
Mojada en agua dulce.
Sueño y siento…
Estas manos acostumbradas al fuego,
quieren saber de extrañas rosas,
voy hacia el monte pensando en ti.
¿Quién ha dicho que el guerrero no ama?
Abanico de plumas
forrado de estrellas.
¡Quiero ser tu amante!
No me hables de guerras;
báñame en tu miel,
déjame sentir el desafío
de tu pecho listo.
No estoy loco,
El amor enreda y desenreda.
¡Que rían violines y tambores!
Los ancestros vendrán
protegiendo tu risa,
miraré al cielo
y sabré diferenciarte de Venus.
Me siento anclado
entre espinas amarillas.
Guardo mi laurel.
Ven,
¡Enséñame a abrir girasoles!
Romance entre Oggún, Orisha de la Guerra en la mitología afrocubana con Oshún, Orisha de las calabazas y el amor.