Canadá tomó una decisión pionera en el mundo allá por 1971: la adopción del multiculturalismo como política de Estado. Más de 45 años después, la diversidad cultural es una de las señas de identidad del país norteamericano.
El 8 de octubre de aquel año, Pierre Trudeau, primer ministro, anunció en el Parlamento la implantación de este nuevo marco político.
En 1973, Ottawa creó el Ministerio de Multiculturalismo y, en 1988, esta idea se convirtió en un principio básico del Estado a través de la Ley de Multiculturalismo, que insta a interpretar la constitución canadiense desde ese marco teórico y a promoverlo activamente.
A diferencia de estados con políticas multiculturales o multinacionales, que tratan de articular las diferentes culturas originarias del país, como Bolivia, cuya denominación oficial es Estado Plurinacional de Bolivia, el multiculturalismo canadiense se centró desde sus orígenes en la integración de las culturas traídas por los inmigrantes llegados al país.
Hoy, en un momento en que los discursos xenófobos y antiinmigración crecen en Europa y Estados Unidos, el canadiense se presenta como un modelo alternativo -y de larga data- que puede resultar cada vez más excepcional.
Pero, ¿qué significa ese concepto? ¿Por qué Canadá fue pionera en aplicarlo? ¿Qué evaluación se hace de esta política 45 años después de su implementación?
Como el resto de países americanos, la sociedad canadiense actual es fruto de la mezcla de las culturas indígenas, coloniales y de las que trajeron inmigrantes de otros orígenes en diferentes momentos históricos.
Sin embargo, a diferencia de la mayoría de estados americanos, Canadá no fue ocupado por una única “potencia colonial”: desde sus inicios, el país contó con una doble influencia francesa y británica que marcó la forma en que se articuló el nuevo Estado.
“Una de las razones por la que Canadá es más receptivo al multiculturalismo que otras sociedades es porque nunca ha sido culturalmente homogéneo”, apunta Robert Wiseman, profesor de ciencias políticas de la Universidad de Toronto.
Fuente: BBC
El multiculturalismo como politica de Estado. Si bien es cierto que Canadá nunca tuvo, desde sus orígenes, homogeneidad cultural, el hecho canadiense (los valores canadienses) implica ya una cierta homogeneidad «cultural». En realidad, estamos creando una nueva sociedad, donde las diferencias mas bien nos unen, en lugar de separarnos. Mucho más profundo aún : somos una nueva Nación, con variantes identitarias y referencias culturales diversas, que cohabita bajo un mismo paraguas democrático, bajo un Estado de Derecho sólido igualitario inquebrantable, que enriquecen y engrandecen y consolidan esta nueva sociedad llamada Canadá o Kanatá.