Enfermedad perversa del alma. Muchas familias, esposas y seres cercanos a un alcohólico, a un drogadicto, no llegan a comprender la magnitud de esta enfermedad, cruel, maldita, que tiene secuestrado a un ser querido, que ni él mismo entiende ni comprende su razón de ser, esta enfermedad, la mía, es mental, física, emocional, está ligada a mi personalidad, tiene que ver con mi espíritu y se caracteriza por un cumulo de defectos de carácter, patrones de conducta equivocados, juicios y actitudes nefastos, la fuga con alcohol y drogas, son mínimas en comparación con todos los ingredientes mentales y emocionales que padece un adicto, el que por soberbio, no quiere salir del hoyo, y cuando deja de consumir, solo tapa la botella, aunque asista con regular frecuencia a un grupo de auto ayuda, solo va a calentar la banca, la enfermedad es incurable, el cavernícola emocional sigue ahí dentro de ti, es mortal, de por vida, es contagiosa, progresiva y tiene tantas vertientes como espinas tiene un nopal, yo lo vivo y lo viví, ahora lo comprendo, soy un enfermo emocional, neurótico, estoy secuestrado por el pensamiento alcohólico, me defino como hipersensible, me domina mi vacío espiritual y mi cuerpo está lleno de ansiedad, por si fuera poco, estoy lleno de resentimientos, odios, amargura y frustración.
Pensamiento alcohólico. No necesariamente se requiere ser alcohólico activo o seco para tener todos los ingredientes de un pensamiento obsesivo, un punto importante es la soberbia, el drogadicto que se intoxica con alcohol o drogas, se siente superior a cualquiera, mentalmente está lleno de egos, no hay poder humano que lo saque de su pensamiento obsesivo, piensa y siente que el mundo está en su contra, que es el centro del universo, no reconoce el cumulo de defectos de carácter, es orgulloso, mentiroso, labioso, infantil, es engañifa, así como dice una cosa, hace otra, no tiene palabra, su mente siempre pretende obtener ventajas, de victimario, se hace pasar por víctima, es mecha corta, explota ante la más mínima provocación, es un tipo con mente neurótica, es imprudente, intocable, irritable, insoportable, pedante, de ahí vengo yo, es raro con su comunicación, aislado, distante a medias tintas, por supuesto que en su mente se refugia las habilidades de un actor, merecedor del Oscar de la Academia, es bueno para hacer panchos, para dramatizar, es número uno, no hay quien le gane, se aferra a sus ideas, a sus celos, a sus pensamientos psicóticos y lo peor del caso, es que no te das cuenta de cómo eres y de lo que dices, por desgracia tienes que tocar fondos para que quede bien claro que tienes una mente sumamente dañada.
Pensamiento psicótico. La recuperación, no es el final de un curso, es un verdadero cambio en juicios y actitudes, en hechos, en tu manera de pensar y de actuar, es trabajar toda la vida contra ese cavernícola metal y emocional quien habita dentro de mí. La psicosis suele provocar cambios en el estado de ánimo y en la forma de pensar dando lugar a ideas extrañas, por lo que resulta difícil entender qué siente la persona afectada. Con el fin de comprender en qué consiste la experiencia psicótica, es útil clasificar por grupos algunos de los síntomas más característicos. Pensamientos confusos: Los pensamientos más comunes se vuelven confusos o dejan de guardar una relación adecuada entre sí. La expresión verbal puede resultar difícil de entender o puede perder el sentido. En algunos casos, la persona puede tener problemas para concentrarse, seguir el hilo de la conversación o recordar las cosas. Los pensamientos parecen acelerarse o volverse más lentos. Creencias falsas: Con frecuencia, la persona afectada tiene episodios psicóticos, tiene creencias falsas, conocidas como delirios. El grado de convencimiento es tan alto que ningún razonamiento, por lógico que sea, es capaz de refutarlo. Por ejemplo, puede estar convencido de que la policía lo está vigilando, simplemente por la forma en que están estacionados los autos fuera de su casa. Alucinaciones: Por efecto de la psicosis, la persona puede ver, oír, sentir u oler cosas que en realidad no están presentes. De esta manera, puede escuchar voces que nadie más puede escuchar, ver objetos inexistentes o percibir el olor o el sabor de los alimentos alterados que le parece que están en mal estado o incluso envenenados.
Las tribunas huecas. Mis juntas en AA de San Agustín Polanco, no me servían de nada, iba como el cangrejo, mis pleitos con mi esposa eran interminables e insoportables, me aburría, me fastidiaba el no poder consumir, me fumaba un cigarro cada diez minutos, por supuesto que me deprimía y no me encontraba a mí mismo, andaba en plena borrachera seca, valiendo monjas, mis tribunas se las dedicaba a mi suegro, tanto hablaba de lo que mi suegro me decía, lo que mi suegro me hacía, y mi suegro para allá y para acá, hasta que un día, Ricardo, que era taxista en el D.F. me dijo.-. Compañero, te quiero pedir un gran favor.- Si Richar, dime.- Ya no hables de tu suegro.- Porque compañero le dije.- Porque ya lo quiero golpear.- Háblame de ti, de ti por favor.- No entendía el mensaje, no entendía que mis tribunas no eran mías, eran de mi suegro, de mi esposa, de tantas cosas menos de mí y ahora escucho muchas tribunas y recuerdo ese episodio; tengo un padrino que me habla muy seguido, está divorciado y de repente, empieza a curarse hablando mal de su ex mujer, a hablar pestes de su suegro y de los resentimientos que le provoca la pésima relación que tiene con sus hijos, solo me río y me acuerdo del Richar…. Háblame de ti padrino.- Háblame de ti… En muchos sentidos, he tenido que vivir mi propia experiencia y el tener esta cuota semanal de escribir tres cuartillas y media de mi columna, De Adicto a ADICTO, me ubica en que no me he dado de alta, de que no soy el padrino de padrinos, ni soy el Alcohólico Anónimo del año, son un enfermo más que lucha por su vida.
Resentimientos y los venenos de los alcohólicos. Hay lujos que el día de hoy no me puedo dar, mi enfermedad está latente y no debo echarle más gasolina a la hoguera, es veneno andar angustiado, preocupado, no debo estar intranquilo ni ansioso, mi servicio, mi estado de salud, emocional y mental tiene que ser ecuánime, en armonía, no debo de engancharme con preocupaciones neuróticas, tengo que evitar conflictos y enfrentamientos violentos, tengo que dejar de quejarme, de castigarme con lo que fue y no es, en lo que pudo ser, es un verdadero lujo resentirme, el odiar a alguien con sed de venganza, no debo hablar mal de nadie, ni meterme en lo que no me importa, tengo que predicar con el ejemplo, vivir y dejar vivir, vivir para mí, criticarme yo y no a los demás, cuidar mucho mis pensamientos y mis acciones, porque soy un enfermo y lo seré de por vida, si me descuido tantito en todo esto, estaré abriendo la puerta de la recaída, primero me iré al hoyo emocional y después al consumo, por esa razón, manejo este tema en los centros de rehabilitación donde doy servicio, hablando de mí y les insisto a los internos, cuidado con los venenos que tiene un alcohólico porque te mandan a la tumba.
Tratamiento ambulatorio. Gracias a Dios he servido a muchos enfermos, hombres y mujeres de todas las edades, la mayoría jóvenes, que ahora están limpios, libres de drogas, otros se han quedado en la raya, recaídos, prendidos de nuevas sustancias, y que no quisieron darse la oportunidad. Hoy confirmo, que cualquiera que quiera, ahí no se queda, trabajo mucho con capacitación emocional, con un programa de desintoxicación para bajar la ansiedad, reducir el nerviosismo, los trastornos mentales, sacamos todos los resentimientos, y el veneno emocional que alberga en cada bodega de los adictos, depuramos esa carga inútil, logramos quebrar el pensamiento psicótico, obsesivo, hay un crecimiento espiritual, no religioso que permite elevar la auto estima, impulsar una nueva actitud positiva, el equilibrio de los egos, trabajamos la humildad, la derrota permanente ante la enfermedad, hay una profunda acción para trabajar las heridas profundas del alma, el niño dañado y tantas cosas más, aplico todo lo que he aprendido, los errores que he cometido, trabajo de manera grupal e individual, restauramos las relaciones personales, el amor propio y doy lo mejor de mí, para que cada uno alcance su libertad y salve su vida. Solo por la gracia de Dios y solo por hoy, he alcanzado armonía y libertad en mi vida, no soy psicólogo, ni siquiatra, soy un escritor con 12 libros publicados, 4 más por publicar, soy un enfermo emocional que brinda un esquema de capacitación emocional para que el adicto deje de dañar y de dañarse a sí mismo, siempre y cuando él quiera y se ponga en acción. Gracias por leerme y más por escribirme. [email protected] Sigue mi huella en Twitter @teo_luna Búscame en Facebook 614-256-8520
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